Un día de orquesta

La orquesta Apolo, en un pueblo salmantino (Archivo)

Ir a hacer fotos y acabar subiéndome a cantar con la orquesta. Esa fue mi experiencia al realizar este reportaje. Todos hemos ido a alguna verbena y hemos disfrutado del trabajo de muchas personas para que podamos pasarlo bien en las fiestas de nuestro pueblo.

Como no es lo mismo contarlo que vivirlo, me he metido personalmente en los quehaceres de una orquesta de verano, la Orquesta Apolo. Os contaré cómo se vive desde dentro en este mundo aunque los verdaderos supervivientes de las fiestas patronales son los componentes oficiales de la orquesta, que nos acercarán un poco a este mundo.

Aunque parezca que el trabajo solo reside en las horas de actuación, no es ni la mitad. Hay que contar también con el viaje de ida y de vuelta, el montaje del escenario, las pruebas, la preparación… Eso sin contar los ensayos que durante todo el invierno hacen que las orquestas renueven su repertorio y nos ofrezcan un espectáculo diferente cada año.
Mi principal inquietud residía en el aguante de los protagonistas, ya que se vive de diferente manera el estar bebiendo en la plaza a tener que estar bailando y cantando encima del escenario, por eso fui directo a preguntarles a las cantantes de la orquesta.
¿Cómo se prepara un cantante para aguantar tantas horas e incluso dos días seguidos o más?
Lucía y Kate afirman que: «Hay días que es complicado aguantar este ritmo. Beber muchísima agua y dormir lo máximo posible entre actuación y actuación es fundamental para que la garganta descanse y esté hidratada. Al ser varios cantantes vas alternando las canciones y puedes descansar algo. Hay veces que es inevitable forzar un poco la voz cuando te cuesta oírte a ti mismo, pero la mayoría de las veces esto no pasa. Abrigarse bien también ayuda ya que en algunas zonas a las horas previas a la actuación hace frío a pesar de estar en verano.»
Cuando tú vas a pasar el verano a tu pueblo es posible que vayas a las fiestas de los que están al lado, pero sin duda los que más mundo recorren son los integrantes de la orquesta. En un mismo fin de semana pueden recorrer cuatro pueblos de cuatro provincias distintas, por lo que me interesó saber cómo se disfruta de las fiestas en los distintos pueblos.
¿Qué diferencias existen entre unos pueblos y otros a la hora de actuar?
Rubén, el encargado de la orquesta me cuenta que: «Es complicado. Depende del tamaño, de la zona donde se encuentre… Por ejemplo en la zona de la Sierra de Francia gusta mucho la parte de Rock. Para mí los peores pueblos para las orquestas, siendo un poco malo, son los pueblos grandes, donde hay ocasiones en las que la gente joven es más abundante y busca un estilo más comercial como el electrolatino o reggaetón y orquestas como la nuestra no encajaría. La gente con la que yo me siento mejor es con la de los pueblos pequeños, donde el trato es mucho más cercano e incluso te abren las puertas de sus casas en algunas ocasiones para invitarte a algo. Esta gente es sana, no tiene malicia y te respeta como músico.»
Al igual que en cualquier otro gremio, la crisis económica supongo que también habrá hecho mella en este mundo, por lo que no dudé en hablar con la persona que dirige la orquesta para que me explique cómo está la situación.
¿Se ha notado un descenso en la contratación de orquestas por la crisis, ya que las discotecas móviles son más baratas?
Rubén confirma que: «Sí se ha notado, pero más en nuestro rango. Nosotros somos una orquesta de tamaño mediano. Las discotecas móviles nos han quitado mucho terreno a estas orquestas, pero en las de gran tamaño no ha sido así porque van a pueblos más grandes y van a seguir haciendo las fiestas. Yo he trabajado en orquestas en las que trabajábamos del orden de 40 o 50 días y ahora los objetivos rondan los 30 días. Lo que si ha afectado a todo el gremio es la disminución de los precios. Cualquier orquesta mediana podía pedir a un ayuntamiento 8000€, las grandes rondaban en 2005 unas tarifas de 14000€. En la actualidad hay casos en los que se han tenido que reducir a la mitad esas cifras».
Texto/Foto/Vídeo: José Ángel García Gallego

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