Opinión

El candidato

[dropcap]E[/dropcap]l candidato «viable» del PP, el candidato de consenso, de las derechas de derechas y de las izquierdas de derechas (al final todo queda en casa) sería sin duda Felipe González.

González sería el candidato ideal del dogma oficial, para salir de este marasmo inane que nos atenaza, rematando la faena de embalsamar, esta vez definitivamente, el socialismo residual y agónico (por socialismo entiéndase la tenue y desvirtuada sombra que suele llamarse socialdemocracia), y dar una nueva oportunidad de saqueo y triunfo a ese capitalismo radical y salvaje, desatado y sin control, para el que las pensiones son una golosina y la salud un negocio, y que el doctor Frankenstein (de los laboratorios Rubalcaba) quiere de nuevo resucitar y promover, para alegría de sus dueños.

Y digo resucitar, porque lo que hoy está escribiendo, a sangre y fuego y de manera tan poco dialéctica, ese capitalismo salvaje, es un final de la historia que en realidad es su propio final. No solo por razones humanitarias que acabarán imponiéndose, sino también por razones ecológicas que no nos darán una segunda oportunidad.

No existe tampoco mejor candidato que González para los poderes facticos, los cuales aunque no existen -o eso pregonan-, habelos hailos, y además hacen mucha pupa: imponen recortes, fabrican candidatos, liquidan derechos… y les importa un bledo el planeta, porque son habitantes del limbo y el trading financiero.

Así como en los experimentos del doctor Víctor Frankenstein, el cadáver se intentaba resucitar con un zurriagazo eléctrico bien aplicado, este otro cadáver de régimen, se intenta resucitar a base de tiempo y aburrimiento mortal.

Mientras tanto, los ciudadanos se van extinguiendo y los grandes simios también.

Cierto es que si alguien se apresuró en enterrar el cadáver del bipartidismo patrio, vendió la piel antes de cazar el oso.

Buena gente hay que ser -además de inocente- para creer que el turnismo apoltronado de toda la vida, que ha hecho de tantos políticos unos auténticos profesionales de la cosa (vicio que heredamos de nuestros ancestros decimonónicos) iba a descender a la tierra, o a desaparecer así como así. Ni el 15M fue suficiente para quitarles la venda de los ojos y hacerles aterrizar.
Tienen mucho que perder si los ciudadanos ganan.

Sus respectivos planos de la realidad son ya, y desde hace mucho tiempo, mundos inconexos, la antítesis de la democracia.

Y lo que ya nadie ignora a estas alturas, es que ese oso, que puede mudar de piel tantas veces como Rivera o el Ibex, después de hibernar, se dispone a soltar de nuevo su garra.

Leo una opinión que sostiene que los verdaderamente interesados en unas terceras elecciones (por el bien de España claro está) son el PP y el PSOE. Y hasta puede que tengan razón los que así piensan. Eso explicaría muchas cosas.

Y de no atreverse a tanto como repetir elecciones para afinar resultados y apuntalar posiciones, en una serie -que puede ser “ad infinitum”- de ensayo y error, hasta imponer sus recortes y las recetas de Merkel, siempre podrán tirar de González (la x de todas las ecuaciones): el tercer hombre, el candidato tapado, la apoteosis de la razón de Estado y de los intereses de la banca. Que tanto monta como monta tanto.

¿Será González el as en la manga del PP?
Esperemos que no sea al menos el as en la manga del PSOE.

Y esperemos que no sea su propuesta de cambio, un nuevo intento de equilibrio entre Ciudadanos y Podemos (empezando por aquel como principal invitado de la fiesta) porque ¿es que cabe, para un «socialista», un equilibrio entre el neoliberalismo descerebrado que lo tiene todo patas arriba y pillado con alfileres (las pensiones, la educación, la sanidad, la democracia…), opción que representa como pocos Ciudadanos, y el intento de recuperar los derechos sustraídos devolviendo el protagonismo a los ciudadanos, opción que representa Podemos y demás fuerzas progresistas?

— oOo —

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Te recomendamos

Buscar
Servicios