Opinión

Eremitismo

Interior del eremitorio de San Martín, en Villarén de Valdivia (Palencia).

 

Y este ermitaño de Valcuevo ¿fue el único que hubo por aquí? Lo digo porque tengo entendido que el fenómeno eremítico es bastante contagioso y mucha gente se lanzaba al monte, inspirada por el ejemplo de alguno de estos ascetas…

 

– Pues así es… A lo largo de la historia se han dado muchos períodos en que el eremitismo ha prendido como hoguera en hierba seca, generalmente coincidiendo con épocas de crisis espirituales, en zonas a veces enormes y alejadas unas de otras, y persistieron durante décadas… Fue famoso en Egipto, con numerosas manifestaciones de la tendencia a la soledad en lugares extremos… En algunas regiones de Asia Menor, en la Capadocia, fue –y no sé si aún lo es– norma de vida.

– Bueno, pero eso ya es trogloditismo. ¿Noo? También en los escarpes del río Amarillo, en China, dicen que la gente vive así, pero es más probable que sea de ese modo porque es más fácil allí excavar que construir, dada la inconsistencia del terreno. Pero de eso al fenómeno religioso ¿cómo se pasa?

– Pues lo uno no es que lleve a lo otro, pero sí resulta más sencillo. Tengo entendido que también por aquellas tierras paganas hubo su religiosidad rupestre, como en la Capadocia y en ciertas zonas de España.

Iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga (Palencia).
Iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga (Palencia).

– ¡Ah! ¿Síi? ¿Y donde es eso?

– Pues, sin ir más lejos, en el Bierzo, donde hubo un gran florecimiento del fenómeno en las épocas visigótica y altomedieval. Y también al norte de Palencia. Incluso se conserva –¡reconstruida, claro!– una iglesia rupestre excavada en la roca, a cosa de una jornada de Aguilar de Campoo…

– ¡Hombre! Ahora que lo dice recuerdo haber estado en un pueblo muy rústico del Bierzo, al que se llega difícilmente, Peñalba de Santiago, donde hay una pequeña iglesia visigótica. Por cierto que no la puede ver por dentro porque estaban reformando no sé qué. Allí me hablaron de san Genadio, discípulo de los santos Fructuoso y Valerio, todos de gran devoción en el antiguo Reino de León. Estoy hablando del tránsito del siglo IX al X. Y me invitaron a ir a una cueva, donde se retiró este santo ermitaño, bajando una empinada cuesta. Allí, en el llamado Valle del Silencio, está la oquedad, bastante amplia, con un altar excavado en la roca. Dice la tradición que si se reza una oración y se enciende una vela con un papel en su base, en el que se pide algo al santo, éste lo concede. Allí, en el altar, había muchos papelitos votivos.

Cueva de San Genadio. Valle del Silencio, en Peñalba de Santiago (León).
Cueva de San Genadio. Valle del Silencio, en Peñalba de Santiago (León).

– ¿Y usted puso alguno?

-¡Por supuesto, pero ha de mantenerse el secreto de la petición! Cuentan que a san Genadio le molestaba el ruido que hacia el río que pasaba por el fondo del valle. Y éste ¡se calló, sumergiéndose bajo tierra mientras pasaba cerca de la cueva! De ahí el nombre del valle.

– ¿Y no conoce las cuevas eremíticas del norte de Palencia? Son muy abundantes. Incluso hay una que parece una gigantesca mano que se apoya en el suelo por la punta de los dedos…

– ¿Y en Salamanca se dio este fenómeno?

– Pues sí. Leí, no recuerdo donde, que en la misma ciudad, al pie de la Peña Celestina, se aprovecharon pequeños entrantes que emparedaban con muros de piedras para encerrarse dentro. Se habla incluso de una mujer que lo hizo. Pero duró poco este episodio. Fueron desalojados por orden de las autoridades eclesiásticas.

– ¿Y fuera de la ciudad?

– Parece que hubo un eremitismo muy rudimentario, probablemente altomedieval, en la Rivera de Cañedo, cerca de San Pelayo, mal llamado de Guareña. Un querido amigo mío dice haber encontrado gran cantidad de nichos poco profundos en la roca, y que incluso se encuentran trazas de signos pintados en las paredes…

Eremitorio de San Vicente. Vado, en Cervera de Pisuerga (Palencia).
Eremitorio de San Vicente. Vado, en Cervera de Pisuerga (Palencia).

– Pero… si son poco profundos ¿cómo vivían? Porque parece lógico un poco de comodidad en una cueva, usada a modo de habitación, pero ¿en un abrigo…?

-¡Hombre! Tenga en cuenta que aquella gente buscaba el ascetismo y no su comodidad. E incluso puede que a ésta la rechazaran. Se ha dado el caso, por ejemplo en Las Batuecas, de que encerrarse en un resguardo parecía poca penitencia, y llegaron a vivir en el tronco hueco de un árbol. ¡De pie, día y noche!

¡Qué barbaridad! ¿Y hubo ermitaños ilustres por aquí?

– Quizás fueran localmente famosos en su tiempo. Pero la Historia no guardó memoria de ellos, puede que por falta de atención escrita o de milagros a algún notable. La mayoría de aquellos ascetas que pasaron a la posteridad, lo fueron por otras labores que hicieron, como fundaciones de monasterios o por haber pasado a ser obispos en aquellos duros tiempos de la Reconquista, cuando Córdoba estaba en la cumbre de su poder… A partir del siglo XIV fue considerado casi como herético.

– ¿Se produjeron estos episodios en otros países?

– El caso de los reinos hispánicos es muy singular, único. Pero sí. Sí los hubo fuera de nuestras fronteras. Recuerdo cuando estuve en… Pero… se está haciendo tarde. Vamos a tomar un café y mañana se lo cuento. ¿Vale?

-¡De acuerdo! Pero yo invito…

7 comentarios en «Eremitismo»

  1. Querido Emiliano,

    Me imagino que cuando estuviste en Arnedo irías muy concentrado en el tema de la excavación de Villarroya y no te dió tiempo o no tuviste ocasión de visitar las cuevas de cienpilares y el monte Sanfruchos dedicado a san Fructuoso que mencionas y que si no me equivoco fue Obispo de Tarragona.

    Tienes que pasar por tu querido Instituto, el IRNASA y tomando un café hablaremos de estas y otras cosas.

    Un abrazo,

    Emilio

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    • Cuando estuve en Arnedo me hablaron de unas cuevas y ví, desde abajo, las que están en el mismo escarpe.. Cuando escribí esto me acorde de ello, pero no tenía muchos datos, sobre este eremitismo riojano, que sin duda existió pero del que no había encontrado nada escrito. Creo que lo voy a añadir ahora. Un abrazo

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  2. Interesante recorrido Emiliano… Pero, con quién hablas en tu díálogo?
    Un fuerte abrazo y gracias por tu ocurrencia del lunes.

    David

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    • Querido amigo: Mi pensamiento en el escrito, está dividido en dos personajes imaginarios, uno de ellos es un religioso que sabe mucho del tema y el otro, un señor que está visitando Villamayor. El diálogo continúa… Un abrazo

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    • Querida Blanca. En este escrito presento una forma distinta de enseñar, por medio de un diálogo imaginario entre uno que busca el conocimiento y otro que le explica lo que sabe del tema. ¡Cuidado con ese hombro! Un millón de besos de tu suegro, que te quiere mucho.

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