[dropcap]N[/dropcap]os encontramos en unos momentos en los que la natalidad es un tema que preocupa y va en aumento. Para muchas familias no resulta nada fácil conciliar la vida familiar y laboral y este fenómeno hace que la decisión de tener el primer hijo o de aumentar los miembros, se cuestione.
Los pocos jóvenes que logran constituir un núcleo familiar estable, lo suelen alcanzar a una edad madura con el inconveniente que tiene para poder alcanzar un embarazo y si lo logran no está libre de riesgos.
Nuestra tradición y escala de valores ofrece un modelo para perpetuar la especie y los encargados son los hijos. Quizá sea esta una de las razones por las que las parejas llegado un momento, toman la decisión de aumentar los miembros de la familia. Sin embargo son muchos los problemas actuales que afectan en esta decisión:
- Las políticas sociales no ofrecen muchas ayudas para que los padres puedan criar a sus hijos sin dejar su trabajo.
- Si uno de los dos decide tomar una excedencia, su carrera profesional se ve mermada o incluso se queda fuera del mercado laboral.
- Las condiciones económicas con sueldos muy bajos no hacen posible que se logren unas condiciones mínimas para ofrecer una vida digna a los hijos.
- Si los dos padres deciden trabajar, tienen que encontrar una ayuda, bien en el ámbito familiar o de amistades para poder atender a sus hijos.
- Contratar a otra persona que complete el horario de los padres en la mayoría de las familias resulta casi imposible.
- Si alguna madre o padre decide voluntariamente solicitar una excelencia a tiempo parcial o completa porque considera que quiere disfrutar de los primeros años de la infancia de sus hijos, en ocasiones se encuentra con los juicios de parte de las personas de su entorno: familia, compañeros de trabajo o amistades. Y puede influir en situación de pensar si están haciendo lo correcto.
Desde esta sección de escuela de padres vamos a realizar algunas reflexiones sobre el tema.
Si la excedencia es voluntaria y es en mi opinión una excelente opción, se puede lograr unas familias con una buena base de valores, que se van consiguiendo día a día y disfrutando de un tiempo para educar y compartir con los hijos. Invertir tiempo y calidad en la formación y el cuidado es una experiencia de alta rentabilidad a corto y largo plazo.
Cuando la excedencia surge de forma obligatoria porque las circunstancias de uno de los dos progenitores no tiene empleo, o bien uno renuncia al suyo por estar junto al otro, se pueden generar algunos problemas como:
- Descenso del nivel económico familiar. Escasez de ciertos recursos.
- Desencanto por parte del que no trabaja por dejar su profesión alcanzándose en algunos casos baja autoestima que puede desencadenar en otros problemas más serios de salud.
- Conflictos de pareja, discusiones y alejamiento que puede acabar en separación.
Ante este mapa podemos sugerir que si se tiene la suerte de tener una excelencia bien voluntaria o bien forzosa, se realice una buena reflexión en pareja para ver las oportunidades que esta situación ofrece para que nuestras familias sean más fuertes y los hijos crezcan en un ambiente saludable que marcará la diferencia con otras que no tienen esta oportunidad.
Simplemente quiero recordar que los siete primeros años de los hijos es la etapa en la que se forma la personalidad futura. Merece la pena disfrutar de ellos.