[dropcap]C[/dropcap]ada día más familias consienten a sus hijos pequeños sentarse a la mesa y a su lado o enfrente tienen un dispositivo electrónico como puede ser la tablet. En otros casos es la televisión y en niños más mayores y adolescentes, el teléfono móvil
El momento de la comida es un tiempo para compartir, dialogar, disfrutar de los alimentos, para enseñarles como adquirir los hábitos que le conducirán a adquirir autonomía en el caso de los más pequeños.
Es triste entrar en un comedor y ver a un niño de tres años que ni se entera de que has llegado, ni te saluda, porque no te escucha ya que está inmerso en los dibujos de su tablet, pero más triste es escuchar al padre, la madre o a ambos, justificando esa conducta. Como si fuera la más correcta.
¿Son conscientes del daño que están haciendo en sus hijos al no poner límites ante esta costumbre? o por el contrario, como comentan algunos, ¿están encantados de mantenerlos entretenidos porque de otra manera no comen?
Desde esta sección nunca hemos aconsejado que exista un aparato electrónico mientras se come en familia, ya sea televisión u otro más personalizado si es una comida individual.
Algunas reflexiones sobre este tema pueden ser:
- La hora de comer no es un tiempo de juego.
- Los niños aprenden a comer desde que son bebés y si se acostumbran a la interacción con el adulto, no necesitarán ningún aparato electrónico. Enseñar a comer no es tarea fácil, sobre todo cuando no se les introduce en los alimentos a la edad correspondiente.
- La comodidad de los purés y biberones tiene que dejar paso al alimento sólido y aprender a masticar es tan beneficioso como imprescindible, pero se requiere más tiempo y paciencia.
- La comida es un tiempo muy beneficioso para establecer rutinas de participación y una buena ocasión para aprender a escuchar y comentar. Respetar turnos de palabra y conocer a los hijos.
- Los padres que no ponen límites y consienten comer con entretenimiento, perderán fácilmente la autoridad cuando los hijos se queden enganchados después al teléfono y ante los ruegos de que lo dejen apagado mientras comen, recibirán negativa y se sentirán frustrados.
En estos casos es mejor prevenir que curar por eso los padres que aun estén a tiempo de enseñar a sus hijos a comer entorno a una mesa sin ningún aparato, que les distraiga, recuerden que están haciendo lo correcto para su formación aunque sean la excepción del entorno. Un día no muy lejano cuando sus hijos formen su propia familia reproducirán lo que aprendieron de ellos.