Gabriel Risco y Pilar Moreno, concejales del Grupo Municipal Ganemos Salamanca, han criticado la gestión del patronato de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, manifestando que realizan contratos menores “a dedo”, que han presentado un presupuesto exactamente igual al anterior y que evaden el control municipal.
El próximo viernes se celebra la reunión del patronato de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes para presentar el presupuesto del siguiente ejercicio y la memoria de programación. Dicho presupuesto será de 4.8 millones de euros, de los cuales la aportación municipal asciende a 4.4 millones de euros, ambas cifras iguales que las del ejercicio anterior, al igual que la memoria.
En este sentido, Ganemos Salamanca ha criticado que tanto el presupuesto como la memoria son un “corta y pega exacto” del documento del año anterior. Con la salvedad de que el presentado este 2016 incluye dos novedades, la intención de realizar una producción de recursos musicales propios, así como un centro de producción teatral. De esto, Pilar Moreno ha manifestado que, sin embargo, “son cosas que siempre están en el papel, pero no se concretan”.
En cuestiones financieras, denuncian que la Fundación Salamanca se financie “prácticamente exclusivamente” con fondos municipales, siendo éstos el 85% de su presupuesto, y que su patronato se componga de forma diferente al Pleno, lo que evita el control municipal del órgano democrático.
También han destacado que muchos de los servicios contratados por la Fundación se llevan a cabo mediante contratos menores, es decir, de menos de 18.000€, que se hacen “a dedo” y sin una selección por medio de licitación pública y no pasan por la fiscalización pública. “Esto es un chiringuito montado para huir del control municipal”, declaró el concejal Gabriel Risco.
Por otro lado, han añadido que, según la memoria de 2015, el concejal de Cultura afirmó que habían aumentado las actuaciones realizadas por la Fundación, aunque Pilar Moreno sostiene que esto no es cierto. Además, creen que el uso que se le da a la Sala B del CAEM es insuficiente (14 actuaciones en 2015) y critican que, de las escuelas municipales de música, solo la de Santa Cecilia tiene instrumento, lo que obliga a los alumnos a estudiar ahí.
