En 2019 se cumplirán 30 años desde que España tiene la asistencia sanitaria universal y gratuita
«El médico sólo venía al pueblo, cuando había un enfermo y lo llamaban», recuerda Isabel de cómo era la Sanidad en los años cuarenta, cincuenta, sesenta y hasta primeros de los setenta. «Mis dos primeros hijos nacieron en el pueblo, el médico venía si era necesario, pero no solíamos llamarlo para los partos. Mi tercer hijo nació en 1972 en el hospital provincial, que era de la Diputación».
El parto y la estancia en el hospital en 1972 le costó a Isabel 700 pesetas (4,2€). Hay que tener en cuenta que el salario mínimo era de 21,64 pesetas (0,12€). No obstante, si el médico firmaba que no tenían propiedades, el parto era gratuito. Isabel tuvo que abonar esa cantidad porque sí tenía huertos.
Unos años antes, en 1963 apareció la Ley de Bases de la Seguridad Social cuyo objetivo principal era la implantación de un modelo unitario e integrado de protección social, con una base financiera de reparto, gestión pública y participación del Estado en la financiación. A pesar de esta definición de principios, muchos de los cuales se plasmaron en la Ley General de la Seguridad Social de 1966, con vigencia de 1 de enero de 1967, lo cierto es que aún pervivían antiguos sistemas de cotización alejados de los salarios reales de trabajadores, ausencia de revalorizaciones periódicas y la tendencia a la unidad no se plasmó al pervivir multitud de organismos superpuestos.
Por ejemplo, según explica Isabel, los autónomos pagaban una mensualidad pero era para la cotización a las pensiones, no para tener cobertura sanitaria.
La Ley de Financiación y Perfeccionamiento de la Acción Protectora de 1972 intentó corregir los problemas financieros existentes, si bien, agravó los mismos al incrementar la acción protectora, sin establecer los correspondientes recursos que le dieron cobertura financiera.
No será hasta la implantación de la democracia en España, y la aprobación de la Constitución de 1978, cuando se produzcan una serie de reformas en los distintos campos que configuran el sistema de la Seguridad Social.
Regresemos en el tiempo a las décadas de los 40, 50 y 60 para conocer la historia de cómo era no tener una cobertura sanitaria. «Le pagábamos una iguala al médico. Era cara, unas 90 pesetas al año (0,51€). Los obreros del campo cobraban 15 pesetas al mes (0,09€) Muchas personas le abonaban la iguala con trigo, 1/2 fanega (unos 30 kilos) y se lo daban una vez al año».
Además de la iguala. ¿Os cobraba la visita?
No, la visita no la cobraba. Aunque tuviera que venir cien veces. No había centro de salud, el médico venía a casa.
¿Las medicinas estaban subvencionadas?
No. Había que pagar el 100% del medicamento.
¿Qué ocurría si la enfermedad era larga?
Que esa familia se arruinaba y lo peor es que al final morían. Se empeñaba toda la familia para pagar las medicinas.
¿Y si no se pagaba la iguala?
Que el médico no te visitaba. Lo peor era que el médico tenía que certificar la muerte, por lo que cuando moría el enfermo lo cobraba todo de una vez y sin haber hecho una sola visita.
Isabel recuerda que la enfermedad era cara, pero también lo era vivir demasiado. «Si una persona vivía muchos años, como no había pensiones, tenían que ir vendiendo el patrimonio. A mi abuela Isabel le pasó, que iba vendiendo una tierra cada año y al abuelo de mi marido, Aniceto, también. Al llegar las pensiones, los ancianos no tuvieron que vender las tierras para comer».
El Sistema Nacional de Salud de España fue creado en 1908, poco a poco fue extendiendo su cobertura, previo pago de los servicios asistenciales a toda la población española. En 1989, se completó este proceso; desde entonces la asistencia sanitaria en España es universal y absolutamente gratuita. Por eso, señala Isabel, «aunque tengamos que pagar un poquino, no nos importa. Lo que pasamos antes era mucho peor».