La concepción inicial y la falta de entusiasmo institucional lastran la redacción de un documento clave para el futuro de la ciudad. La Asociación seguirá participando y aportando nuevas mejoras que logren un documento homologable a las directrices internacionales.
La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio considera positivos algunos avances o novedades que el Plan de Gestión Integral de la Ciudad Vieja de Salamanca ha recibido a su paso por la Comisión Técnico-Artística Municipal.
Cabe destacar la ampliación del capítulo relativo al patrimonio arqueológico, que se estime la inclusión de nuevos bienes a catalogar por el municipio (arquitectura contemporánea, portales, esculturas, etc.) o la inclusión de referencias a la Piedra de Villamayor y al turismo sostenible, aún por desarrollar.
Lamentablemente, la propuesta de definición de entornos para los Bienes de Interés Cultural es regresiva si consideramos como positiva la protección de los monumentos de Salamanca y de su contexto.
Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio ante la confusión que están generando algunas informaciones, en las que se utilizan datos superados y promesas electorales, propondrá al Ayuntamiento de Salamanca el inicio de una campaña de difusión del Plan de Gestión porque es necesario concienciar a los habitantes de su importancia, de su filosofía y de que se trata de un proyecto común que requiere la implicación de todos. La Asociación seguirá participando del actual proceso de redacción y aportando nuevas mejoras que hagan del Plan de Gestión Integral de la Ciudad Vieja de Salamanca un documento homologable a las directrices internacionales.
El Plan de Gestión Integral de Salamanca
Los Planes de Gestión Integral tienen como fin preservar los Valores Universales Excepcionales, previamente identificados, de un bien inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de acuerdo con las recomendaciones internacionales para la conservación del patrimonio. No se trata, por tanto, de un documento legal o vinculante, es una guía para los gestores del bien patrimonial.
La redacción del Plan de Gestión Integral de Salamanca sigue siendo suficientemente ambigua como para no poder identificar sus estrategias y propuestas. Teorizar tiene como resultado la inconcreción y la ausencia de pautas, de medidas y de plazos aplicables a nuestra ciudad. El documento, al no proponer medidas correctoras, al no establecer límites, etc. no va a suponer ningún cambio para Salamanca, algo de lo que bien se han preocupado los responsables institucionales, y terminará por ser una oportunidad perdida.
El Plan de Gestión Integral de Salamanca fracasa desde su concepción inicial, en un contexto de falta de entusiasmo institucional, lo cual lastra la redacción de un documento clave para el futuro de la ciudad, al no presentarse como una estrategia ni de gestión ni de resolución de problemas.
En primer lugar, por no aportar una visión integral y global que permita la intervención en su complejidad: un plan de esta envergadura necesita estrategias globales de intervención mediante herramientas y planteamientos contemporáneos, aspecto en el que no se incide. Por otra parte, por no establecer prioridades en la intervención: no hay una escala de importancia de los intereses, algo fundamental en un plan de estas características.
Entre sus fines está el de aglutinar en un único documento una visión conjunta, pero suficientemente completa y pormenorizada, de la ciudad histórica; lo cual permite que otros documentos o planes estén coordinados y respondan a la misma filosofía y planteamiento. De él, por tanto, se derivarían otros documentos como el Plan Especial de Protección (documento exigido por la legislación), el Plan de Movilidad (respondiendo a las particularidades de la ciudad histórica), el Plan de Excelencia Turística (que debería preocuparse de aminorar la presión de las actividades relacionadas), las ordenanzas municipales, el Reglamento de Utilización y Uso de la Plaza Mayor, etc.