El 17 de mayo de 2013 un grupo de activistas del 15M-Acampada Salamanca se reunieron para recibir a los cargos públicos del PP en las cercanías del Parador de Salamanca. Tras una protesta pacífica, y al disponerse a abandonar el lugar, la Unidad de Intervención Policial VII (UIP) de la Policía Nacional cargó contra los activistas y detuvo a cuatro de ellos.
Los acusaron de desobediencia a la autoridad por atravesar un cordón policial y a dos de ellos, además, de atentado, al resistirse a ser detenidos.
Los civiles, a su vez, acusan a cuatro policías de haber actuado «desproporcionadamente y sin motivo» contra ellos al reprimirlos a porrazos bajo la pasarela de la carretera de Béjar, atribuyéndoles faltas y delitos de lesiones.
Este martes comenzó el juicio a todos ellos. Los activistas insisten en que su protesta «fue pacífica y al acabar cargaron contra los trece que estábamos allí, sin provocarlos ni insultarlos», explicaron Álvaro Gómez y Diego Alfonso antes de entrar en los juzgados salmantinos. «Con dos de ellos se excedieron en un portal. Solo pretendían castigar. Con el juicio solo queremos que se haga justicia y no se repita algo parecido, porque no era el momento ni el ligar para actuar así», explicaron.