[dropcap]M[/dropcap]i nueva publicación, Economía Española 2017, como sucede tantas veces, tiene una larga historia detrás. Que en este caso se remonta a nada menos que 1956, cuando el autor fue preso político en la cárcel de Carabanchel, por participar en la rebelión estudiantil democrática contra Franco. Y a ese Gran Hotel del Estado, llegaron en la primera de las hornadas de rebeldes, con personas como Dionisio Ridruejo, Enrique Múgica, Miguel Sánchez Mazas, Javier Pradera y Gabriel Elorriaga. Ingresos que fueron seguidos de otros, entre los cuales apareció Alberto Machinbarrena: un economista, vascorro él, animoso, casi entusiasta en sus manifestaciones, y con una voz peculiar, cuyas resonancia y variaciones melódicas hacían difícil entenderle; a menos que se prestara toda la atención del mundo a lo que decía.
Alberto, que solo permaneció en aquella trena de políticos una semana, por las gestiones que hizo su familia para que recuperara la libertad (siempre vigilada en la España de entonces), había llevado, en su bagaje, un ejemplar del Informe del Banco Central, publicado precisamente por primera vez aquel año 56 del siglo XX, con el análisis de los más diversos aspectos de la economía española.
Ese trabajo, me resultó altamente inspirador, por su contenido y formato, hecho bajo la dirección del Prof. Jesús Prados Arrate, Catedrático de Economía Política, que acababa de retornar a España, después de un largo exilio. En el que, entre otras muchas cosas, había asumido las técnicas de análisis económico de la Comisión Económica para América Latina (Cepal, Santiago de Chile), donde estuvo trabajando un tiempo.
El editor de esa especie de Anuario Económico, era el Banco Central, entidad financiera que entonces presidía Alfonso Escámez -con quien andando el tiempo trabaría buena amistad-, y puedo decir que la llegada de ese texto a Carabanchel fue de lo más oportuna para mí: me pareció un documento más relevante, por entonces, sobre la economía española. Y de facto venía a sustituir una publicación similar, del Servicio de Estudios del Banco Urquijo, que había tenido como director al Prof. Jose María Naharro; de cuya cátedra en la Universidad de Madrid pronto pasaría a ser Profesor Ayudante de clases prácticas.
Con auténtica avidez, leí en mi celda el Informe, y recuerdo que Machinbarrena al irse, me lo obsequió con grandes aspavientos, “te lo dejo en herencia”. En un momento en el que yo ya tenía las mejores intenciones personales de opositar al cuerpo de Técnicos Comerciales del Estado (TCE), cuyo programa de cuatro sucesivos exámenes, cada uno con cien temas, incluía la economía española. Me pareció que el Informe de Prados Arrarte podría ser de gran ayuda.
De hecho, fue también por entonces cuando pensé en la elaboración de un libro que podría titularse Estructura Económica de España (EEE), que se echaba mucho de menos por los estudiantes de Economía, pues no había manuales al respecto. En realidad, lo publicado por el veterano Prof. Román Perpiñá Grau, De Estructura Hispana, era más bien un largo ensayo sobre las claves de la economía española en tiempos ya pasados, y no el libro de análisis sectorial, que tanto se requería.
En el proyecto de lo que sería mi Opera Prima, sobrevoló el efecto Machimbarrena y lo mismo sucedió con un tema muy relacionado, mi oposición a Técnico Comercial del Estado. Cuando tuve que elaborar mis propios esquemas de opositor, a partir de toda clase de fuentes disponibles. A lo que se unió un archivo económico que fue engrosando día a día, con la valiosa información de la prensa, el mejor archivo cotidiano de los hechos económicos.
Finalmente, Estructura Económica de España (EEE), se publicó en 1960, editada por el Servicio de Estudios y Publicaciones del Banco Urquijo, para lo cual mediaron toda clase de facilidades del Prof. Naharro, y del Secretario General del Banco, el jurista, y gran poeta, José Antonio Muñoz Rojas; con la superior visión siempre de Don Juan Lladó, máximo ejecutivo de la citada entidad.
Esa EEE, en su 25 edición (y con un compendio, Introducción a la Economía Española, publicado en paralelo, con el número 26 de versiones sucesivas), fue el trabajo mío que, con modificaciones en cada nueva aparición, más se publicó desde 1960 a 2010. Esto es, medio siglo, con un promedio de casi una edición cada dos años; y numerosas reimpresiones intermedias. Habiendo realizado yo mismo un cálculo, según el cual el libro grande de EEE y su mencionado compendio, han tenido una tirada no lejos de un millón de ejemplares. Estimándose que si ante mis ojos de profesor han pasado 20.000 alumnos directos, son muchos los que nunca vi, que leyeron uno de mis dos textos mencionados; calculando que mis lectores fueron algo así como tres millones. Incluyendo no sólo alumnos universitarios, sino también empresarios, sindicalistas, profesionales liberales, y demás personas, muchas, simplemente interesadas en la economía española.
Ahora, 67 años después de la primera aparición de EEE –El Tamames, como ha sido llamado con la mayor frecuencia-, he reflexionado largamente sobre la obra en cuestión, cuya última edición, la 25, data de 2008. Y si no han proseguido apareciendo nuevas ediciones, ha sido, primero, por la devastadora crisis que se inició aquel año y que redujo los índices de venta a niveles mínimos. Y también porque muchas cosas han cambiando con las nuevas formas de aprendizaje vía artículos, monografías, etc., por la acción de Google, Wikipedia, etc.
Circunstancias por las cuales, me decidí a emprender una nueva aventura editorial, en la idea de mantener el espíritu de mi Opera Prima, pensando en una gran síntesis, de nueva y entera concepción, distinta también del antes citado compendio.
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