[dropcap]Q[/dropcap]ue el modelo de referencia, la unidad de medida, y el patrón de patrones hoy para Occidente sea China, un régimen de capitalismo autoritario, ya nos indica por dónde van los tiros, por donde sopla el viento de nuestro inquietante futuro, y nos da la clave para interpretar las sorpresas y paradojas de nuestro presente confuso.
Los campeones de la libertad occidental, no sólo se llevan bien con el modelo chino, sino que intentan imitarlo, hacerlo suyo, competir con él. Es esta, obviamente, una competición por peón interpuesto y a la baja, sobre todo de derechos y salarios, o más exactamente, se intenta que los ciudadanos-siervos del Occidente libre compitan y sean competitivos con relación al modelo de referencia: los maltratados y competitivos siervos chinos.
En otros momentos de la historia, para evitar este tipo de dinámicas cuya base es el chantaje (siempre habrá algún siervo más esclavo y menos libre), los oprimidos y estafados se organizaban a nivel internacional, y hacían valer su derecho y el beneficio de muchos, sobre el privilegio y la imposición de pocos. La democracia frente a la plutocracia. Era un contagio y globalización de derechos, basado en el humanismo y la solidaridad. Hoy ocurre al revés.
Hoy este tipo de respuesta coordinada y necesaria, internacionalista y «global», ha sido atomizada, disuelta, controlada, y cada cual se encuentra sólo y aislado frente a su propia circunstancia y opresión. Como mucho, y desde un pánico irracional e inoperante, el oprimido se hace nacionalista, egoísta en su miseria, xenófobo, racista. Ya ocurrió en otros momentos oscuros de nuestra historia.
Se ha globalizado la opresión, y también el aislamiento frente a esa opresión, pero ahora en un contexto de comunicaciones globales. Una auténtica paradoja. Si es cierto que el confort aísla, el esclavo seguirá aislado en su alienante y decreciente confort hasta el último momento.
En realidad, en los barrios periféricos de Europa (Grecia, España…), ya funciona a pleno rendimiento el modelo chino. Un modelo de capitalismo autoritario, donde los países fuertes (ejemplo de Alemania) ya imponen su lógica mercantil y capitalista, la lógica de su propio beneficio, a otros países antaño libres y soberanos. Un modelo donde lo primero es el capitalismo y el beneficio creciente de la Nomenklatura occidental-oriental (ahí está la desigualdad en su espectacular incremento), y lo secundario y prescindible es la democracia, la libertad, o el interés general.
De hecho en Grecia, la democracia, y por tanto la libertad, fue proscrita por orden del dinero, sin que los campeones de la libertad se rasgaran por ello las vestiduras. Dijsselbloem, el socialdemócrata holandés que puso cara a aquel episodio vergonzante, hoy pertenece a un partido que como resultado de las últimas elecciones, es un cero a la izquierda en la política de su país, confirmando una tendencia general de todo el socialismo europeo (un socialismo a la violeta), que se inició precisamente con el PASOK, y ha seguido pasando factura a cada uno de los «socialismos» neoliberales y corruptos que, en connivencia con la derecha radical, han ayudado a afianzar la involución.
[pull_quote_left]La democracia frente a la plutocracia. Era un contagio y globalización de derechos, basado en el humanismo y la solidaridad. Hoy ocurre al revés.[/pull_quote_left]Lo he escrito otras veces: ¿Para qué se va a necesitar en Europa un neoliberalismo que se dice (para ganar votos) socialista, progresista y de izquierdas, cuando ya hay un neoliberalismo que, sin tanto disfraz, implementa un programa de derecha radical?
Como era de esperar, la socialdemocracia holandesa se ha hundido de 38 a 9 escaños. Ese es el premio por colaborar con el neoliberalismo rapaz. Los verdes suben de 4 a 14 escaños. He ahí una luz de esperanza.
Si comparamos la actitud condescendiente que hoy se tiene hacia China y su modelo autoritario, con la beligerancia manifestada en otros casos más fáciles, deberemos dudar bastante de la coherencia, la valentía, o la honestidad intelectual de algunos de nuestros guías espirituales.
Este buen rollo que nuestros campeones de la libertad mantienen hacia el régimen liberticida chino, es el mismo buen rollo que mantienen hacia los paraísos fiscales. Que al final es el polo magnético donde suelen coincidir y encontrar su patria común todos los enemigos de la democracia, desde dictadores en retirada post saqueo, hasta liberales embozados.
Si bien la democracia «liberal» (a Miguel Delibes le disgustaban este tipo de apellidos superfluos añadidos al concepto básico) debe considerarse situada en el ámbito de la democracia occidental, la democracia «ultraliberal o neoliberal» (démosle este nombre) está más cerca del modelo asiático, pues en última instancia, la ausencia de reglas que proclama y predica conduce a la ley del más fuerte, o del más tramposo, según los casos, simultánea o alternativamente.
En el primer supuesto (la ley del más fuerte) la fuerza y el privilegio del dinero supera con mucho a la fuerza y el derecho de los votos. Y en el segundo caso, la ausencia de reglas premia la trampa, que no el mérito.
Algo que tiene muy poco que ver con la libertad, con la justicia, o con la democracia, que al menos durante un periodo de nuestra historia han definido a Occidente.
Toda ortodoxia aspirante a burbuja totalitaria ha de tener su heterodoxia contraria y enemigo útil, además de un vocabulario flexible y elástico que permita enmascarar bajo conceptos novedosos o traídos por los pelos, los hechos reales que subyacen.
[pull_quote_left]Podríamos pensar que Vargas Llosa estaba hablando del PP autoindultado y triunfante del momento presente, o del PSOE de sus mejores tiempos, es decir del PSOE de sus tiempos más corruptos y demagógicos. O incluso del partido comisionista y corrupto de Jordi Pujol[/pull_quote_left]Por unas u otras razones, hoy ese papel lo cumple el «populismo», un cajón de sastre que nos permite presentar como irracional y absurdo lo que en el fondo tiene su causa reconocible y razón de ser, o incluso ha sido un producto necesario y predecible del sistema.
Es más fácil hoy (y menos alarmante) denominar populismo lo que siempre se ha llamado fascismo (nacionalismo, xenofobia, racismo), en un contexto donde causa y efecto, semilla y fruto, pueden espabilarnos la memoria, y recordarnos otras etapas históricas en las que esa forma de barbarie política (hablo del fascismo) procedía directamente de los excesos, las incoherencias, y los fracasos del sistema capitalista.
Al optar por un nombre nuevo, el sistema cree poder evitar todo tipo de responsabilidad sobre su vástago legítimo. Impresentable, pero legítimo.
No es absurdo que el paradigma del «sistema», USA y Gran Bretaña, sean hoy el paradigma del «populismo», con Trump y el Brexit. Tiene toda su lógica.
En un artículo reciente, Vargas Llosa describía así algunos de los rasgos del populismo:
«Practican, más bien, el mercantilismo de Putin (es decir, el capitalismo corrupto de los compinches), estableciendo alianzas mafiosas con empresarios serviles, a los que favorecen con privilegios y monopolios, siempre y cuando sean sumisos al poder y paguen las comisiones adecuadas».
Si no nos hubiera declarado previamente el nombre del retratado (y el retratado, dice, es el populismo), podríamos pensar que Vargas Llosa estaba hablando del PP autoindultado y triunfante del momento presente, o del PSOE de sus mejores tiempos, es decir del PSOE de sus tiempos más corruptos y demagógicos. O incluso del partido comisionista y corrupto de Jordi Pujol, al que tanto defendía y protegía Felipe González.
Parece que cuesta calificar simplemente como mafias criminales, los abortos germinados al calor de aquel alabado y publicitado fin de la historia.
Frente a la China milenaria y amante de la poesía, frente a la Rusia literaria y espiritual, hoy se levantan triunfantes las mafias criminales de la barbarie capitalista.
Quiere uno pensar que este tipo de trampas ideológicas, acabarán desprovistas de todo disfraz en la cuneta de la marginalidad política, y arrinconadas una vez más en el pasado del que quieren volver.
Y quiere uno esperar que la solidaridad civilizada y los derechos humanos, junto a la urgente ecología, serán los principios que rijan el mundo del futuro.
— oOo —
1 comentario en «El modelo»
Todos los Sistemas creados por la Humanidad tienen «su modelo»…y todos nacen, crecen, se desarrollan…y se transforman…o mueren.
Es evidente que los más importantes del siglo XX, el Sistema Capitalista, el Sistema Comunista han «caducado». El primero se pudo dar por terminado con el brutal ataque a las Torres Gemelas…ellos nunca pensaron que les pudiera pasar «dentro» lo que como País «hacían fuera». El Sistema Comunista se diluyó cuando fue derribado el Muro de Berlín…que nos permitió ver que del otro lado había menos libertad, menos solidaridad y menos diversidad cultural.
Y en el «medio» pervivía el llamado «Estado del Bienestar»…el cual también se ha ido diluyendo al no contar con sus dos «soportes de contención»…el Capitalista y Comunista.
Mientras llega otro…la Humanidad sufre…ya que se impone una especie de «libre albedrío» en el que los más poderosos hacen de su «capa un sayo»…y así nos encontramos que se ensanchas todas las brechas: La sociales, las territoriales, las generacionales…y las más modernas como las «digitales»…el acceso a las últimas tecnologías.
Desde Salamanca ya hace muchos años hemos venido hablando de la necesidad de buscar un nuevo modelo…un nuevo sistema…pero en esta ocasión por un amplio consenso…y no impuesto por la Guerra…y lo hemos denominado: Modelo Fractal: Libertad, Solidaridad y Diversidad Cultural…si de verdad…creemos en la Humanidad. Este modelo copiaría y cuidaría al máximo de la Madre Naturaleza…»visión global, actuación local».
¡¡¡qué bonito sería que esto se debatiera en un gran Congreso Internacional en Salamanca…para celebrar el VIII Centenario de la Universidad más antigua de España…y cuarta del mundo!!!…sería un «subidón»…a los puestos del TOP 100.
¿Hablamos?.