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Opinión

Irrelevancia

Catenarias en la estación de Salamanca.

[dropcap]L[/dropcap]os presupuestos generales del Estado se olvidan de Salamanca” tituló este periódico tras conocerse el contenido de “las cuentas” que nos gobernarán durante el año que camina demasiado rápido para los que, por años encima, hemos conocido demasiados presupuestos del mismo corte, tanto de un signo político como del otro. Nada nuevo…, aunque siga siendo noticia que se refleja como es debido en estas páginas, ya que la persistencia en la pobreza a la que se nos orienta es noticia de primer orden, por más que la gran mayoría de los salmantinos ni se inmute.

Llevamos un torrente de años sin que se le mueva una pestaña a la mayoría de los salmantinos ante esas cuentas presupuestarias del Estado que nos arrinconan cada año. Tampoco es nada nuevo, tampoco es noticia que no se alce alguna reacción. Pero es un dolor. El dolor de una provincia, de una capital, carcomidas por un hundimiento progresivo que tiene su reflejo más claro en la implacable despoblación que ahoga, no sólo a los pueblos, sino también a la ciudad. Eso supone pobreza. Y por muy reluciente que sea el señuelo de “ciudad alegre y confiada” que parece desprender Salamanca, la realidad es que paulatinamente va aumentando el hoyo de la pobreza, tanto en mentes y brazos jóvenes como en recursos.

Ya sabemos sobradamente que los poderes públicos y los fácticos de esta tierra no admiten esas señales, mientras sí entonan cantos de días cargados de buenos resultados. La realidad es que cada día somos más endebles, porque tampoco el Gobierno regional nos toma en consideración a la hora de reforzar a las gentes de una provincia depauperada. También habitualmente los presupuestos de la Junta para Salamanca figuran entre los más escuetos, sin que, igualmente, ello suponga reacción de la ciudadanía salmantina. Ni nuestros representantes en las instituciones tienen peso para plantear razonamientos y proyectos que hagan llegar dineros al solar salmantino, ni en esas instituciones se consideran las necesidades reales de una provincia que se desangra. Pero ya lo sabemos: aquí, casi todos, cargados de satisfacción. Aunque a la vista de esos presupuestos generales para el día de hoy las cuentas nos adjudiquen a cada ciudadano salmantino 119 euros de inversión y a los de Zamora –suerte, vecinos– 1000 euros de inversión por cabeza.

[pull_quote_left]Las cuentas nos adjudiquen a cada ciudadano salmantino 119 euros de inversión y a los de Zamora –suerte, vecinos– 1000 euros de inversión por cabeza[/pull_quote_left]Y como hablamos de Zamora, me he encontrado con un síntoma, que seguramente hará carcajear a quienes se carcajean todos los días de nosotros. Entre el gran número se síntomas que nos cercan y acogotan en Salamanca he encontrado uno modesto, pero para mí con penoso relieve porque explica cuál es nuestro sendero de caída en esta etapa. Así, es síntoma que una determinada y potente marca electrónica carezca en la ciudad de servicio técnico porque, por lo visto, no resulta rentable ante la escasa demanda, a nadie le interesa la representación técnica, y es necesario desplazarse a Zamora para que los aparatos de esa marca sean reparados. Que se ría el que quiera. Igual que se arma la guerra porque se apunta que las matanzas del lobo son otro síntoma y factor de pobreza. Pero los síntomas se suman y se suman en esta tierra, en la que nos vamos deslizando hacia la pequeñez y la pobreza que supone. Estoy harto de comprobar cómo, en una serie de situaciones, se abrió un proceso de síntomas que aisladamente parecieron irrelevantes, sin peso aparente…, hasta que esa irrelevancia llevó al hundimiento.

Nos encontramos ante los peores presupuestos generales para Salamanca. No pasa nada: los del año que viene aún serán peores. Seguro. La gente principal y los siervos seguiremos tan campantes.

— oOo —

1 comentario en «Irrelevancia»

  1. No todo es dinero (que lo ha habido, y mucho, y volverá), sino tambien (y sobre todo), su destino y aplicación. Si no se invierte en futuro (comprobable, responsable, y con exigencia de responsabilidad), es echar agua en un cesto. Esta ciudad presume de conocimiento (la universidad mas antigua, la mayor inversion en investigacion -infraestructuras- por habitante, …), … y de qué ha servido?

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