[dropcap]S[/dropcap]e ha hablado mucho sobre la importancia de la inteligencia emocional, frente a la inteligencia lógica o racional. En la actualidad, saber dominar las emociones, se va considerando como una habilidad necesaria e imprescindible para el equilibrio personal. Se ha demostrado que las personas que más éxito tienen en la vida no son los que sacaron las mejores calificaciones en los colegios y en la universidad. Son los que además de tener un excelente coeficiente intelectual, saben dominar y manejar sus emociones. Son los que socialmente conocen las estrategias como la empatía, para lograr sus objetivos y lograr sus metas finales.
Los padres que dan importancia al aprendizaje de habilidades para que sus hijos dominen las emociones, conocen muy bien los beneficios que obtienen sus hijos.
En estos momentos en los que los conocimientos de cualquier asignatura se pueden obtener a través de herramientas como la informática, se debe considerar emplear más tiempo lectivo al desarrollo de la inteligencia emocional.
[pull_quote_left]Saber dominar las emociones, se va considerando como una habilidad necesaria e imprescindible para el equilibrio personal[/pull_quote_left]El primer paso es estar convencidos que el dominio de las emociones no solo es necesario, también es imprescindible para la regulación emocional, que consiste en la habilidad para manejar nuestras propias reacciones emocionales ante situaciones intensas, bien positivas o negativas. De esta manera se evitarán respuestas descontroladas en situaciones de ira, rabia, de miedo o de euforia. Para regularla, es necesario identificarla, sentirla y percibirla, hay que ser consciente del estado de ánimo que produce y no dejarse atrapar por ella, más bien lo importante es lograr que no nos abrume ni nos anule nuestra capacidad de razonar, para posteriormente analizar y saber dar un buen uso de ellas como puede ser aprender a tolerar la frustración o alcanzar una auto motivación.
El segundo paso es que tanto la escuela como la familia le den la importancia que tiene para la formación integral de los niños el manejo y control de las emociones y las repercusiones positivas que producen tanto a nivel individual como social.
Desde estas líneas animamos a padres y educadores a que consigan puntos de encuentro para debatir sobre el impacto que tiene integrar la inteligencia emocional y sus estrategias para el dominio de las emociones, en el nuevo modelo educativo del siglo XXI, que afortunadamente no está basado únicamente en la enseñanza de contenidos.
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