[dropcap]A[/dropcap] lo largo de mi vida he estado en lugares maravillosos, que te llegan a atravesar el alma. En algunos la sensación ha sido tan intensa que se me han llegado a soltar las lágrimas…
El último fue la ermita de San Baudelio, cerca de Berlanga de Duero. Al penetrar en ella fue tanta la belleza que vi, que no pude contenerme…
Claro está que para alcanzar esa plenitud espiritual tienes que vivir un momento especial, al que no puedes llegar si vas en grupo o pensando en otra cosa… Debes ir, o solo, o con tu amada. Y entonces, el lugar y el momento quedan tan grabados dentro de ti, que no se pueden borrar. ¡Jamás!
«¡Nada es! ¡Todo pasa!» Puede que sea así, pero creo que sólo lo es en el mundo material. En el otro, TODO PERMANECE.
Piensa en un sitio querido. Si al cabo del tiempo vuelves a aquel lugar, tan tuyo, puede que lo encuentres tan cambiado que quizás se te desmorone el alma, que te hundas en el desánimo, que pienses que, efectivamente, todo pasa.
¡Pues no! ¡No se acaba! Yo tengo la gran suerte de que ya no podré volver a aquellos parajes amados… Pero están dentro de mí y en mi alma los guardaré vivos y palpitantes. ¡Por toda la eternidad! Y en un momento cualquiera –no siempre cuando yo quiera– se me presentarán intactos, inmaculados…
Recordad. Abrid vuestra alma a aquel sitio tan querido. Sin nostalgia. Cerrad los ojos y revivid de nuevo aquel lugar, aquella circunstancia, aquel momento… ¡Aquel recuerdo IMBORRABLE!
¿No sentís ahora aquel sonido, aquel aroma, aquella paz que os penetró…?
9 comentarios en «Aquel lugar»
Cuanta verdad hay. Nada o casi nada es igual cuando vuelves por segunda vez a ese lugar mágico que creías solo tuyo. Pero el cambio no es del lugar, el cambio es nuestro y eso es lo que debemos aceptar. Basta un año, que digo de un año, a veces es cuestión de solo días, para sentirlo, sentir que la magia fue efímera. Guarda bien en tu cabeza, en tu corazón ese primer encuentro que fue capaz de hechizarte y piensa que si ahora lo ves diferente quien ha cambiado eres tu.
Gracias, Emiliano. Iremos a San Baudilio en cuanto podamos y te dedicaremos un recuerdo y… Quien sabe si no una lagrima…Verdad?
Un abrazo,
Emilio
¡No te lo pierdas, querido amigo! Y no te olvides de comprar en la plaza Mayor de Berlanga una caja de riquísimos «Lagartos de Fray Tomás», ni de ver el cocodrilo de la Iglesia Mayor. Ni de… ¡son tantas las maravillas de esta nuestra España! ¡No sé como ahora hay tanta gente que anhela ir a tantos sitios lejanos, teniendo tanta belleza tan cerca!
Un abrazo muy fuerte, casitocayo
Cuanta verdad. Siempre hay una primera para ver lo mágico de un lugar. Cuando existe una segunda vez te das cuenta que la magia es efímera. Que cambio?. Nada, todo es está exactamente igual. Y vuelves a hacerte la misma pregunta: que cambio?. Ahora la respuesta me llega clara: fui yo quien cambié.
Muchas gracias por trasmitirme tu pensamiento. ¡Te pones a pensar y ¡¡¡qué profundo lo que llegas a sacar de ti mismo!!!! ¡Y te das cuenta de muchas cosas! ¡Cuánto valoras lo que has perdido! Pero hay que verlo desde el punto de vista positivo. Hazlo así y te darás cuenta de que vives mejor.
Un abrazo muy fuerte, Belén
Querido Emiliano,
Tienes razón, muchos lugares visitados forman parte de lo que se hace eterno e imperecedero. Son los instantes que toman forma de pedazos de eternidad y moldean nuestra alma con el invisible cincel del asombro, la admiración y la belleza, en su esencia.
Gracias siempre por recorrer los caminos que surcan lo más íntimo de nuestro ser y destino.
David
Veo, querido amigo, que mi ocurrencia ha calado en ti. No me sorprende, porque sé como eres. Un abrazo