Alberto Mariñas: “Queremos que el Festival de Luz y Vanguardias sea una tradición anual para Salamanca”

Un dragón surge de la fachada del Ayuntamiento.

El Festival de Luz Vanguardias, que cumplirá dos años en el mes de junio, es un gran evento único que aúna la originalidad del arte contemporáneo con la belleza de los edificios históricos de Salamanca. En su primera edición, las obras proyectadas en distintas zonas como la Plaza Mayor atrajeron a un gran número de espectadores, que quedaron cautivados por los distintos efectos visuales y musicales que diversos artistas recrearon sobre las paredes de la ciudad.

 

A pocos días de que esta experiencia vuelva a repetirse, hablamos con Alberto Mariñas, la persona que está detrás de este festival y que lo ha hecho posible. Mariñas espera que este festival se convierta en una fecha especial en el calendario que atraiga a multitud de visitantes a Salamanca como el festival de cine atrae a Cannes.

 ¿Por qué han elegido Salamanca para llevar a cabo esta iniciativa?

El Festival de Luz y Vanguardias funde obras de artistas internacionales contemporáneos con edificios centenarios que son Patrimonio de la Humanidad. Con esa definición estaba claro que Salamanca era inicialmente una candidata ideal para acoger el evento. Además, desde que la organización del Festival se acercó a Iberdrola para solicitar su soporte económico, la compañía manifestó su interés expreso porque Salamanca fuera la sede del Festival de manera permanente. Algo que reforzó el Ayuntamiento de la ciudad y la eficiencia de su equipo de gestión que ha apoyado en todo momento la celebración del Festival.

¿A qué público va dirigido?

El Festival de Luz y Vanguardias de Salamanca es, por definición, para todos los públicos. Por su programación es capaz de interesar tanto a las personas que gustan del arte contemporáneo y de la videocreación como a un público mucho más general y variado, de cualquier edad, que va a encontrar en la contemplación y en la interacción con las obras un espectáculo sorprendente y lúdico.

Al ser un festival de arte vanguardista, ¿es fácil de entender para el ciudadano corriente?

Personalmente, opino que sí. Si volvemos la vista atrás hasta la primera edición, podemos comprobar que fueron decenas de miles las personas de todas las edades y gustos las que disfrutaron de la programación ofrecida. Esto es así porque todas las obras presentes en el festival, desde las de artistas internacionales hasta las de las empresas de vídeomapping que se exponen en el concurso de la Plaza Mayor, tienen una vertiente de espectáculo que es fácil de entender y disfrutar. Además, la posibilidad de disfrutarlo en la calle, gratuitamente y sin tener que entrar a museos o galerías, aumenta enormemente la cercanía con el público.

La Plaza Mayor se cae a pedazos en la edición de 2016.
La Plaza Mayor se cae a pedazos en la edición de 2016.

¿Por qué le diríais a los visitantes que merece la pena verlo y por qué no deberían perdérselo?

Disfrutar de su patrimonio cultural y artístico es siempre una buena razón para viajar hasta Salamanca, pero, además, del 15 al 18 de junio el Festival de Luz y Vanguardias añade un aliciente más que llena las noches de luz y que convierte esa visita en un acontecimiento singular e irrepetible, ya que ni siquiera en la siguiente edición del Festival la ciudad será la misma. La interacción de las obras de cada artista con los edificios donde se proyectan hace que estos cobren una magnífica y efímera imagen que nunca más se volverá a ver.

¿Se va a publicitar en otros lugares para atraer turistas a Salamanca?

Sí, efectivamente. El Ayuntamiento de Salamanca está realizando en estos días en Madrid una importante campaña de publicidad exterior con vallas, carteles en mobiliario urbano,  autobuses,  etc. Además, el Consistorio llevó el festival de luz y vanguardias como plato fuerte de su oferta turística en la última edición de Fitur. Por todo ello, es de esperar que este año vuelva a incrementarse el número de visitantes atraídos a la ciudad por la celebración del Festival.

¿Qué es lo que más gustó en la edición del año pasado?

Los gustos son siempre algo muy personal y subjetivo. De cualquier forma creo que la pieza de luz, sonido y humo creada el año pasado por el artista holandés Edwin van der Heide en la plaza de Anaya tuvo un gran éxito. Era una pieza que ocupaba integralmente el espacio y, por tanto, el espectador no miraba a la obra de arte sino que estaba dentro de ella. Eso hacía que la experiencia resultara muy vívida y completamente diferente frente a una obra proyectada. En esa singularidad estuvo la clave de su éxito.

¿Fue un festival complejo de organizar?

El esfuerzo organizativo necesario para poner en marcha un festival como este, que conlleva la participación de artistas de distintas nacionalidades y el empleo de exigentes medios técnicos al servicio de las obras que muestran, siempre es complejo. Si a esto se le añade que las obras están en la calle y se proyectan sobre espacios singulares y de grandes dimensiones, nos podremos dar cuenta de que, efectivamente, hay que afrontar una gran complejidad y tiene que haber muchos profesionales implicados en la gestión.

¿Estáis satisfechos con el resultado que tuvo y el nivel de afluencia de gente?

 Sí, tremendamente satisfechos. Fue un éxito de público, con importantes aumentos tanto en el número de visitantes como en la ocupación hotelera respecto al año anterior, como por su repercusión en los medios de comunicación y en redes sociales, donde llegó a convertirse en trending topic. Y más allá de las cifras, cualitativamente, encantó tanto a salamantinos como a visitantes.

¿Qué novedades hay en 2017?

Tenemos novedades muy destacables. En primer lugar, el Festival se amplía con el programa +Luz, en el que participan todos los espacios expositivos de Salamanca que han querido incluir en su programación obras que, de una u otra forma, tienen que ver con la luz. Se trata de espacios artísticos muy enraizados en Salamanca como el DA2, Casa Lis, la galería Adora Calvo, Espacio Nuca y La Salchichería.

Es también novedad que en esta edición participarán con sus obras los jóvenes creadores de la Universidad Pontificia que se suman a los de la Universidad de Salamanca que ya estuvieron presentes en la primera edición.

¿Habrá más ediciones en Salamanca?, ¿se ha pensado en otras ciudades como sede?

Nosotros confiamos en que habrá más ediciones del festival. Nuestra aspiración es que el Festival de luz y Vanguardias de Salamanca se convierta en una tradición anual para la ciudad como lo es el Festival de Cine para Cannes o la Bienal para Venecia. Tras el éxito de la primera edición, hemos recibido solicitudes para que realizáramos proyectos iguales o similares en otras ciudades, pero la voluntad de la organización y de Iberdrola es que el evento se consolide como algo cien por cien salmantino.

Texto: Paula Castro Morán

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