El medallón de Franco en la Plaza Mayor ya es historia. Una historia que ha durado 80 años y que ha terminado este viernes a las 14.50 horas, cuando una grúa recogía la pieza arrancada del Pabellón Real y la cargaba en un camión para llevarlo al DA2.
El Ayuntamiento hizo todo lo posible por evitarle un mal trago al medallón del dictador, como última muestra de veneración y respeto.
A las cinco de la mañana comenzó la instalación de un andamio que posteriormente se cubrió en su totalidad con una lona, encapsulando la estructura para impedir que se viera cómo se extraía la piedra sobre la que estaba el medallón.
Como suele hacerse en las regímenes autoritarios, con ocultismo y acorazando la figura del dictador que tanta veneración genera entre algunos políticos salmantinos, que se han resistido hasta el final para cumplir la ley. Con todo el dolor de su corazón, pero al final no han podido evitarlo.
Ahora, hay que llenar el hueco que dejan el medallón y la piedra en la que estaba anclado, lo cual llevará algunas jornadas más de trabajo, teniendo en cuenta que llegan tres días seguidos no laborables.
Los tres grupos de la oposición municipal aprovecharon el receso del pleno ordinario para salir a echar un vistazo y hacer declaraciones, pero el más emocionado era Domingo Benito, de IU, impulsor de la demanda que defendió el abogado Gorka Esparza, y que han motivado la desaparición del polémico medallón de la Plaza Mayor.
«Hoy se retira el medallón a pesar de mucha gente. Es un día de celebración, alegría, justicia y reparación, porque se retira de la Plaza Mayor a un criminal de guerra».