La retirada del medallón del dictador Franco de la Plaza Mayor, con el que los salmantinos quisieron rendirle tributo y pleitesía en vida, despertó una gran expectación mediática y bastante indiferencia entre los ciudadanos.
Algunas cadenas de televisión nacionales realizaron conexiones en directo para sus magazines matinales, y otras grabaron a pie de andamio sus crónicas para sus respectivos informativos.
Entre la prensa local no faltaba ningún diario digital o de papel. Y todo para ver un andamio encapsulado en una lona que lo cubría por todas partes, hasta que a las 14.50 horas la grúa lo sacaba de la ubicación en la que ha permanecido 80 años.
«Todavía sale vivió», decía un señor que lo estaba grabando con su móvil. Justo al lado alguien empezó a cantar eso de «adiós con el corazón, que con el alma no puedo», y se escucharon tímidos aplausos.
Al ver que lo que subía la grúa era una caja perfectamente sellada, otro espetó: «se va a escapar», porque no las tenía todas consigo.
A lo largo de la mañana se pudieron escuchar mensajes a favor de retirar el medallón del dictador, y otros de viejos nostálgicos que se acordaban, incluso, de Carrillo y la Pasionaria para equipararlos al general golpista.