Salamanca acogió este sábado una de las pruebas del circuito ‘Infernal Running’, una carrera de obstáculos, todos superables, que se desarrolla en entornos al aire libre.
Eso obliga a los participantes a demostrar en todo momento su espíritu de superación y su capacidad para trabajar en equipo con la búsqueda de retos y nuevos desafíos, para salvar barreras naturales y artificiales como ríos, zonas de barro o vallados entre muchas otras.
No obstante, es una carrera que se aleja de la dureza considerándose apta para todos. Su objetivo final es la diversión, el disfrute y la felicidad de cada participante. ‘Infernal Running’ nace para hacer crecer el mundo de las carreras de obstáculos con nuevos aficionados premiándose la finalización del recorrido por encima de cualquier otra marca.
Eso sí, la élite compite por su cuenta, porque su rendimiento es inalcanzable para los aficionados, por muy en forma que estén. Por eso había varias tandas de salida. la primera, la de la élite, y luego las tres de los aficionados y la de los niños.
La competitiva la ganó Borja Villar, con muyh poca distancia de ventaja sobre José Luis Fernández. Tercero fue Joaquín Ordax.
La prueba, que osciló entre los 5 y 8 kilómetros de recorrido, según los corredores, con salida y de llegada en el Parque Elio Antonio de Nebrija (junto a Salas Bajas), y un último obstáculo, la lengua del diablo, un hinchable al que había que escalar para deslizarse y caer al Tormes.