Las indemnizaciones por despido que superen los 2.000 euros por año trabajado comenzarán a pagar impuestos en concepto de IRPF a partir de ahora, según explicó este lunes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Hasta ahora, las indemnizaciones por despido estaban exentas de pagar impuestos, pero el Gobierno considera que durante los últimos años se ha producido “un abuso” de los despidos improcedentes con derecho a indemnización y por eso establece el pago de impuestos en casos de despidos superiores a los 2.000 euros por año trabajado, aunque esta cuantía se negociará con los agentes sociales.
Se trata de la primera vez que en España tendrá obligación de pagar impuestos las indemnizaciones por despido.
Además, la reforma fiscal reduce a 8.000 euros anuales las aportaciones a los planes de pensiones (antes eran entre 10.000 y 12.500 euros), pero crea una figura fiscal nueva para incentivar la contratación de cuentas o seguros con una inversión a cinco años como mínimo y una aportación máxima anual de 5.000 euros, equivalentes a las aportaciones a sistemas de pensiones privados, siempre que, al menos, el 80% de la inversión se pueda recuperar.
Pequeños accionistas
El Gobierno también se carga los beneficios de las rentas del capital invertido en Bolsa (dividendos) para los pequeños accionistas, que hasta ahora no pagaban impuestos por los primeros 1.500 euros y a partir de ahora también deberán pagar.
Por su parte, Hacienda rebaja la retención a los autónomos del 21% al 15% por ciento para los que ganan menos de 12.00 euros anuales y el 75 por ciento de sus ingresos procede de la actividad económica.