Salamanca tienen una de las tarifas de agua más baratas de España. Según el informe difundido este martes por Facua, el precio del agua en la ciudad del Tormes es el 14º más barato de los 35 incluidos en el estudio.
La tarifa del agua varía hasta un 256% según la ciudad en la que se reside, de acuerdo a un estudio realizado por FACUA-Consumidores en Acción sobre las tarifas domiciliarias de agua en 2017 en 35 ciudades españolas (ver tabla). Las tarifas más elevadas se han detectado en Murcia, Cádiz, Barcelona y Huelva.
Las variaciones tarifarias suponen hasta 238,20 euros al año de diferencia para una vivienda con un consumo de 10 metros cúbicos mensuales y un calibre de contador de 13 ó 15 mm, entre los 8,58 euros al mes que se pagan en Oviedo y los 28,43 euros que se abonan en Murcia. Si el consumo alcanza los 20 m3 mensuales, las variaciones alcanzan los 617 euros al año. Los precios comparados incluyen los cánones y recargos que se aplican en muchas ciudades pero no cuentan las tarifas por alquiler y mantenimiento de contadores ni el IVA.
El análisis de FACUA toma como referencia dos modelos: una vivienda con tres habitantes y un consumo mensual de 10 ó 20 metros cúbicos. Los usuarios con contadores de 13 milímetros de diámetro pagan prácticamente lo mismo que en 2016 para ambos consumos, con una subida media de apenas un 0,1% para consumos de 10 m3 y del 0,5% para los de 20 m3. En el caso de los contadores de 15 mm, los precios han bajado de media un 4,1% para un consumo de 10 m3, mientras que han subido un 2,3% en el caso de un consumo de 20 m3 al mes.
Diferencias desproporcionadas
Con contadores de 13 mm y un consumo de 10 m3, los importes más elevados encontrados por FACUA han sido los de Murcia (con servicio gestionado por una empresa mixta), con una tarifa de 28,43 euros al mes, Cádiz (empresa pública), 23,75 euros, Barcelona (empresa mixta), 23,16 euros, Palma de Mallorca (empresa pública), 22,50 euros y Huelva (empresa mixta), 22,44 euros.
En el otro extremo se encuentra Oviedo, con un modelo de gestión privado -la aprobación tarifaria depende siempre de los ayuntamientos-, que no ha modificado sus tarifas en el último año, donde independientemente de si el calibre es de 13 o 15 mm, el precio para un consumo de agua de 10 m3 es de 8,58 euros al mes. Oviedo también es la ciudad para un consumo mensual de 20 m3 independientemente del calibre del contador, con una tarifa de 20,11 euros.
Para un consumo de 10 m3 con un contador de 13 mm le siguen Valladolid (gestión privada), 10,82 euros al mes; Zaragoza (gestión pública), con 11,31 euros, Vitoria (empresa pública), 12,06 y Salamanca (gestión privada), 12,49 euros.
Para un consumo de 10 m3 con un contador de 15 mm, las tarifas más caras mensuales son las que se abonan en Murcia (de gestión mixta), con un importe de 28,43 euros, seguido de Huelva (empresa mixta), con 24,31 euros, Santa Cruz de Tenerife (empresa mixta), 24,13 euros, aunque en esta ciudad no hay instalado hasta la fecha de cierre del estudio ningún contador de 15 mm, Cádiz (empresa pública), 23,75 euros y Barcelona (23,16 euros).
Las tarifas más bajas se encuentran en Oviedo (8,58 euros, empresa privada), Valladolid (10,82 euros, empresa privada), Zaragoza (11,31, gestión pública), Vitoria (12,06 euros, empresa pública) y Salamanca (12,49 euros, empresa privada).
En diez de las 35 ciudades analizadas han aumentado los precios en 2017. En algunos casos, por modificación de las propias tarifas, mientras que en otros éstas se mantienen pero suben los cánones locales, provinciales o autonómicos que se aplican, como en el caso de Jaén y Sevilla, en ambos casos por aumento del canon provincial (1% y 0,15% de media respectivamente). Las ciudades que suben sus tarifas son: Bilbao (1,8%), Málaga (1,7% de media), Palma de Mallorca (3,8% de media), Pamplona (1,4% de media), San Sebastián (0,9%), Santa Cruz de Tenerife (0,5% de media) y Vitoria (1,7% de media).
Tarifa progresiva
La asociación reclama a los ayuntamientos que adopten un sistema progresivo de tarificación que refleje mejor el consumo de los hogares por número de habitantes, de tal manera que se penalicen los consumos excesivos de una manera más realista y justa. Los consumos elevados en hogares en los que residen pocas personas podrían reflejar un despilfarro de agua que debería ser penalizado y resultar más caro que el consumo elevado de un hogar en el que residen muchas personas. Un sistema tarifario que contemple este tipo de cuestiones es más equitativo para la ciudadanía y asimismo permite premiar el ahorro con tarifas más asequibles.
De esta manera, los hogares con mayor número de habitantes y por lo tanto mayor consumo, podrán demostrar que no derrochan agua y no se verán penalizados por ello. Un precio unitario, sin considerar el número de personas por domicilio, impide conocer quién está realmente ahorrando en el consumo, valora FACUA.