Las hepatitis víricas son un grupo de enfermedades infeccionases que afectan a millones de personas en todo el mundo. Más concretamente, la hepatitis B la padecen 150 millones de personas, de los cuales 71 millones la tienen de manera crónica.
Las vías de transmisión de esta enfermedad es a través de la sangre: por transfusiones, por hemodiálisis, por trasplantes de órganos, por acupuntura, piercings, por una esterilización inadecuada de los equipos médicos o transmitida de la madre al hijo durante el parto.
La plataforma de afectados por la Hepatitis C en Salamanca calcula que el número de afectados en la ciudad es de 4.000 pese a que solamente 907 han sido diagnosticados. De estos, tan solo 379 están siendo tratados.
Esther Mate, presidenta de la plataforma, ha recalcado la importancia de que las personas infectadas vayan al médico para que le diagnostiquen la enfermedad, ya que se trata de una enfermedad vírica pero asintomática, mortal si no se trata y que se puede transmitir sin darse cuenta cuando no sabes que la tienes. “La gente tiene que ser consciente de que la hepatitis es una enfermedad que mata”, explicaba.
Además, no existe vacuna para la enfermedad, pero sí una cura. Mate explicaba que el hospital de Salamanca ha empezado a tratar a enfermos con esta enfermedad aunque no ha hecho ninguna campaña de prevención. La presidenta dudaba de este tratamiento: “Particularmente hasta que no vea que el Consejero salga y lo diga a todos los medios y quede escrito, que eso que diga se transmita al protocolo de hepatitis C que es el que va a los hospitales y confirme que un enfermo va y accede al tratamiento, no lo proclamaré a los cuatro vientos”. Esta desconfianza en el tratamiento de los enfermos se debe a que “nos han engañado muchas veces en 3 años”, manifestaba Mate.
Texto y foto: María López San Juan