Brice Nana nació en Camerún pero actualmente vive en Francia. Es su segunda vez en Salamanca estudiando español, ya que le encanta la cultura latina y le gusta la arquitectura de esta ciudad.
¿Es tu primera vez en España?
No, es mi segunda vez. La primera vez estuve también aquí en Salamanca para estudiar español.
¿Qué es lo que más te gusta de esta ciudad?
La arquitectura me gusta mucho porque en Francia soy estudiante en ingeniería civil y estudio mucho la arquitectura, por lo que aquí me parece que es muy buena porque es un poco antigua y es muy interesante.
¿Mayor diferencia respecto a tu país?
La comida y las características de la gente. Porque esto es una pequeña ciudad y no hay mucha gente como ocurre en Francia y la gente aquí es más respetuosa con las normas, en París no ocurre lo mismo.
¿Por qué decidiste estudiar español?
Porque me encanta la cultura latina.
¿Y por qué en Salamanca?
Porque antes de venir aquí, no conocía la ciudad de Salamanca. Mi jefe fue quien me habló de esta ciudad y después de venir aquí por primera vez, es una ciudad que me gusta mucho.
¿Qué es lo más difícil de aprender en español?
La “r” como la pronunciáis vosotros (risas). Para mí es muy difícil.
¿Has probado la comida española? ¿Cuál es tu favorita?
Sí, la paella y las tapas. Están muy ricas.
¿Qué se dice de España y de los españoles en tu país?
Que es un país donde la gente no hace nada (risas). Yo he visto que aquí en el medio día la gente no hace nada, están en sus casas porque hace mucho calor y cuando hace calor es mejor estar tranquilamente en casa y ver la televisión o leer un libro.
¿Es caro España?
Como turista aquí es un poco barato, los alojamientos no son lo mismo que en París. Pero creo que para la gente aquí la vida no es barata, o depende de la persona. Para mí es más barato que Francia.
¿Conoces algún famoso español?
Almodóvar.
¿Conoces el Despacito? ¿Qué te parece?
Puf… (risas). La canción no puedo escucharla más. Cuando estaba recién estrenada me parecía muy bien pero después de escucharla mucho es muy molesta.
Texto y foto: María López San Juan
