[dropcap type=»1″]E[/dropcap]n los primeros días de mi llegada a la alcaldía tuvo lugar la celebración del centenario de la muerte de san Juan de Sahagún. El cabildo de la catedral decidió abrir la urna en la que se encontraban los restos mortales del santo patrón de Salamanca. Para poder acceder a los mismos se necesitaban tres llaves: una en poder del provincial de los agustinos, orden a la que pertenecía el santo; otra guardada por el cabildo; y una tercera que mantiene en su poder el Ayuntamiento de Salamanca.
El cabildo, por su cuenta, de forma arbitraria, forzó la urna al considerar que el Ayuntamiento no debía ser avisado para tal menester, ya que había caído en manos de “los rojos y herejes”. Contrataron al doctor Álvarez Morujo para que analizara los huesos de san Juan y diera su veredicto sobre el grado de conservación de los mismos. Salvador Yopis, archivero del Ayuntamiento de Salamanca, se enteró del desaguisado y montó en cólera.
Me pareció prudente evitar que la polvareda fuera a más. Recibí disculpas del cabildo por haber descerrajado la urna sin nuestro permiso y se celebró un acto religioso en el que se veneraron los huesos de san Juan de Sahagún en la Catedral Nueva. Antes de devolverlos a su lugar en el presbiterio, se introdujo un acta firmada por las autoridades civiles, militares y eclesiásticas del momento a modo de certificación del buen estado de mantenimiento de los restos. Allí se conservarán por otros cien años, en la urna de plata que está en el lado del evangelio.
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1 comentario en «Conflictos con el Cabildo»
Es evidente que algunos aprendieron las lecciones de Jesucristo en algunas sacristías equivocadas en las que se hacía más política que religión…y el tiempo nos dio la razón…esperemos que todos hayan aprendido esta lección.