[dropcap type=»1″]V[/dropcap]iví catorce años en la calle del Prado, en la trasera de la Plaza Mayor. Por nuestra calle solamente pasaba, y sigue pasando, una procesión, la de los estudiantes del Martes Santo.
El resto de los desfiles de Semana Santa desfilaban cerca, por la calle del Prior, y casi todas por la Plaza Mayor. Para nosotros, los niños del centro, aquella semana era una fiesta, de tal manera que jugábamos a tocar el tambor y la trompeta y poníamos la cabeza loca a todo el vecindario. Para mí supuso una gran satisfacción y alegría que la Junta de la Semana Santa se acordara para que diera el pregón.
Recordé emocionado las cosas que más me impactaban de aquellas fechas, y al terminar mi intervención los semanasanteros me rodearon para identificarse con mis vivencias.
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