Hay modos de estar en el mundo, Andrés Álvarez Ilzarba, esculpe. Más que un modo de estar, un don. Vivir en contacto íntimo con la belleza y atreverse a expresarla
En el caso del artista pamplonés, su manera de explicar la belleza y de estar en el mundo es a través de nuestro pariente más lejano, la madera. El mismo latido. La promesa de los volúmenes y las formas, las sombras y el tacto.
Del oficio de esculpir conocemos solo el resultado, la obra ya acabada. Eso es porque no tenemos paciencia. Hay todo un diálogo previo entre la madera y el escultor. Resignada al uso, como leña, viga, cuaderna,… en definitiva, a facilitarnos la vida.
El escultor no la usa. Convocada por ella, la despierta. Descubre, explora. Y la madera, que viene de ser orgullosamente raíz, tronco, rama, resurge otra. Mérito de quien la trabaja es que podamos apreciar en cada obra ese viaje. Porque también el escultor resurge otro, como memoria de la madera.
Contemplar la muestra de escultura que se puede ver en la Galería Luis Méndez es todo un ejercicio de reencuentro con la madera viva de un escultor tan diestro y sutil como apasionado. Hablamos de Andrés Álvarez Ilzarbe que deja que disfrutemos con sus obras hasta diciembre.