[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a infanta Elena actuó de madrina en la entrega de una bandera por el Ayuntamiento de Salamanca al Regimiento de Zapadores. El acto tuvo lugar el 10 de julio de 1981, meses después del golpe de Estado del 23 de febrero. La infanta vino acompañada de la reina Sofía y del príncipe Felipe. Se había decidido la entrega por la totalidad de los concejales en un Pleno celebrado el 30 de junio de 1979.
La entrega estaba prevista en la Plaza Mayor, pero se realizó en el cuartel del General Arroquia por expreso deseo de la Zarzuela. El arma de ingenieros cumplía 270 años de permanencia en la ciudad y consideramos que era un buen momento para expresarle nuestro reconocimiento. El cuartel, que es una réplica del Palacio de Monterrey, se acabó de construir en 1931. La reina estuvo muy cordial y cercana con las autoridades civiles, y distante con las militares. Regalamos al príncipe Felipe una réplica en miniatura de una bombarda de las que se exhibían en el Museo de Historia de la Ciudad, ubicado entonces en la Torre del Clavero, y a la reina una copia de la bula de beatificación de san Juan de Sahagún.
En octubre de 1976 Juan Carlos y Sofía inauguraron el curso en la Universidad de Salamanca. Apostaban así por la tradición de hacerlo al comienzo de su reinado en la Universidad más antigua de España. El 14 de octubre de 1981, víspera de la festividad de santa Teresa, comenzaron en Alba de Tormes las solemnidades del “Año Teresiano”. Se conmemoraba el cuarto centenario de la muerte de la santa abulense. Con anterioridad, en Salamanca, inauguramos la plaza de Santa Teresa, remodelada para dar realce a la casa donde la santa andariega realizó la fundación salmantina. Su coste fue financiado, en su mayor parte, por Caja Salamanca. En el centro de la misma se erigió una escultura en bronce de Amable Diego representando a santa Teresa. Asistió al acto el nuncio de Su Santidad en España, el presidente de la Conferencia Episcopal, el legado pontificio, cardenales, arzobispos y obispos. Presidió el acto el cardenal Enrique Tarancón. El Ayuntamiento de Salamanca creó un servicio de acogida y recepción de visitantes. Durante el año que duró la conmemoración llegaron a Salamanca miles de peregrinos.
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