- Tras meses sin ver la lluvia, se esperan precipitaciones la próxima semana gracias al huracán Ofelia
- El pantano de Santa Teresa está al 42% de su capacidad, trece puntos por debajo de la media de la última década y del año pasado
Tras meses sin ver llover en Salamanca, salvo alguna tormenta aislada, la lluvia nos visitará la próxima semana, aunque sea de forma pasajera.
Al menos eso prevé la Agencia estatal de Meteorología (Aemet) en sus pronósticos a corto plazo.
Las temperaturas seguirán siendo veraniegas hasta el domingo, pero el lunes y el martes se producirá un descenso térmico muy acusado, de ocho grados en las temperaturas diurnas.
Esa caída coincidirá con la llegada de un frente que dejará precipitaciones posiblemente ya en la tarde del lunes, con bastante probabilidad el martes durante todo el día, y de nuevo el miércoles con algún episodio que no se prevé muy intenso. Precipitaciones que tienen su origen en el huracán Ofelia, que este sábado se acerca a las Azores portuguesas y que se ha convertido en el sexto huracán mayor de la actual temporada ciclónica en el Atlántico tras alcanzar la categoría 3, que se irá debilitando gradualmente el domingo, aunque se espera que Ofelia «siga siendo un poderoso ciclón con vientos huracanados durante los próximos días, mientras se acerca a Irlanda».
Por eso será un espejismo, ya que el jueves comienzan a recuperarse de nuevo las temperaturas para acercarse de nuevo a los treinta grados, con noviembre a las puertas.
Las temperaturas nocturnas, que en la madrugada del domingo al lunes serán de verano, caerán hasta el entorno de los 10 grados a lo largo de la semana.
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Esas lluvias, en caso de producirse, no servirán para reponer el descenso de las reservas de agua en el pantano de Santa Teresa, el más grande de los tres de la provincia, con capacidad para 496 hectómetros cúbicos (496.000 millones de litros).
No es de los que peor están, pero según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), a fecha del 9 de octubre tenía 208 hectómetros cúbicos, lo que supone el 42% del total.
Esa cantidad de agua es un 13,6% inferior a la que había hace justo un año (33 hectómetros cúbicos menos).
Precisamente, en octubre de 2016, la cantidad de agua embalsada en Santa Teresa se aproximaba a la media de la última década, así que se puede decir que estos meses de sequía todavía no han producido una sangría importante en nuestras reservas, de momento.