Cuando el rock corre por las venas, se nota. Y él derrocha rock por los cuatro costados. Hablamos con Basilio Jiménez, el salmantino que hace una semana finalizó su aventura en el programa de Telecinco ‘La Voz’, demostrando que el rock es una actitud y que Salamanca suena a buena música hecha con garra y desde el corazón.
Vestido de negro, con el pelo suelto y su característica barba cuidadosamente recogida, Basilio nos recibe saboreando un café, que seguramente se enfrió después de tanta charla. Acaba de estrenar los 47 y aunque ya peina algunas canas, se muestra tan ‘cañero’ como cuando a los 16 años compró su primera guitarra.
Hace apenas una semana que finalizó tu paso por el programa de Telecinco ‘La Voz’, ¿cómo te encuentras?
Estoy feliz y muy contento, pero la verdad es que no me esperaba irme tan pronto. Me hubiera gustado llegar a los directos porque la presión es mayor y ahí es donde puedes demostrar más cosas desde la experiencia. Además, en los directos ya entra el tema de la votación y yo sabía que Salamanca me iba a apoyar al cien por cien y tenía muchas ganas, pero no me ha dado tiempo.
Hasta hace un año, tu día a día transcurría conduciendo un autobús, ¿cómo surge presentarte al casting de ‘La Voz’?
Sí, soy conductor de autobuses de las líneas metropolitanas de Villamayor y Cabrerizos y hace un año decidí pedirme una excedencia de cinco años para dedicarme por completo a la música. El tema de presentarme al concurso fue porque vi un anuncio en el periódico y mis hijos me convencieron. Como no tenía nada que perder, decidí presentarme y me cogieron.
¿Qué ha supuesto para ti el paso por este programa?
Otra vez esos nervios que ya se me habían olvidado. En la rutina del día a día de tu trabajo ya no los tienes, son de otro tipo. Los nervios que pasas con una experiencia así te hacen sentir vivo. Prepararte e intentar hacer bien las cosas, te hace salir de la rutina. Y eso me encanta.
¿Cómo te inspiraste para el casting?
Son canciones que he cantado toda la vida. Llevo cantando ‘Highway to Hell’ de AC/DC desde que tengo conciencia. Primero mandas un vídeo y de ahí hacen una preselección, después para el casting en Madrid tenías que interpretar dos canciones al piano. Yo canté ‘Highway to Hell’ y ‘I Surrender’ de Rainbow y a la semana siguiente, me dijeron que entraba en ‘La Voz’. Una vez que entras, lo primero son las ‘audiciones a ciegas’.
Juanes pulsó por ti para su equipo, ¿cómo han sido los ensayos con él?
Juanes es una gran persona y era el coach que yo quería, muy buena gente. Me ha dado donde más me duele, el inglés. En lo demás, en realidad no me ha dicho prácticamente nada. Él ya sabía que yo sé cantar. De mi afinación, han dicho varias veces que era perfecta y mi voz, muy peculiar.
¿Decepcionado?
Sabía que era un concurso y que podía pasar. Mi compañera de batalla, Rocío, canta con voz gutural, es un estilo death metal, son estilos muy radicales, con voz de ultratumba y era la novedad. Pensaba que ella iba a pasar como voz peculiar y tenía la esperanza de que ‘me robaran’. Hay un tiempo, después de la actuación, en el que si no te elige tu coach, te puede ‘robar’ otro. Pero no ‘me robó’ nadie, solo me robó el corazón mi hijo. Yo lo miré y se me cayó el alma al ver su cara. Entonces te quedas un poco así, después de toda la tensión del día, de grabaciones. Yo me alegro mucho por ella y porque es una música muy minoritaria y me parece bien que salga en la tele.
¿Con qué te quedas?
Te quedas con la gente, con los compañeros. Me he traído muy buenos amigos, muy buenos cantantes. Ves la inocencia de la gente joven que va con mucha ilusión. Tú vas también con ilusión, pero de otra manera y te da pena cuando no pasan. Las emociones están a flor de piel y las esperas son largas.
¿Cómo ves el rock en el panorama nacional?
El rock en España siempre ha estado como algo aparte. Viene Metallica y la entrada son 70 euros y llena un estadio y tocas tú en un garito, por cinco euros, y a la gente le parece cara la entrada. Son cosas extrañas del panorama español.
¿De dónde viene tu vena rockera?
Esto viene de nuestros padres. Desde la cuna nos cantaban. Mi madre nos cantaba, mi padre canta, no son profesionales pero lo hacen los dos maravillosamente bien. Yo soy rockero y mi padre, flamenco, pero todo influye. Con 16 años dejé de estudiar y me puse a trabajar para no incordiar a mis padres y con mi primer sueldo me compre mi primera guitarra y ahí empezó la historia. Daban clases en el barrio, en la Escuela San Mateo, y aprendí a tocar y acto seguido, a los seis meses, formé mi grupo y hasta el día de hoy con La Banda de la Espannola y JimBrothers and Co.
¿Y hasta llegar a La Banda de La Espannola?
Mi primer grupo se llamaba Los Replicantes, después vinieron Zenit, Cartas Marcadas, Overdrive y President. Más tarde bandas de versiones como Los Hijos de James y ahora JimBrothers and Co y La Banda de La Espannola. Es el mismo grupo, pero con distinto nombre en función de donde toquemos. Está compuesto por Carlos Jiménez, el madrileño Josele, Luis Carmelo, de Valladolid y yo.
Ahora tu objetivo es La Banda …
Sí. Esto ha sido el primer ladrillo que quería poner y quiero aprovecharlo. Ahora es de mejor calidad porque antes no teníamos publicidad. Estamos buscando un representante un poco más fuerte a nivel nacional para movernos. Yo si me muevo, lo hago con ellos.
¿Y para cuándo temas propios?
En la etapa en la que estaba trabajando con el autobús no se me ocurría nada, era una etapa estresante y absorbente y no era capaz de componer. Y ahora al cambiar el chip, estamos haciendo cositas nuestras.
¿Eres clásico o más heavy?
A mí me gusta más el rock clásico, no soy tan heavy. Hacemos versiones de AC/DC, Led Zepellin, Deep Purple, también tocamos temas de Michael Jackson, StevieWonder, Police, Queen, todo lo que es el rock de los 70 y 80, que es lo que nos ha marcado a todos. Nosotros tenemos un público muy fiel y cada vez demanda más cosas de este tipo. Lo que hay ahora está muy bien, pero esa época fue muy importante musicalmente.
¿Qué es para ti la música?
Para mí la música es mi vida. Me ha regalado conocer a mucha gente, lo he pasado muy bien y muy mal. Altibajos de todo tipo, me hace sentir que estoy vivo.
¿Tu mejor momento encima de un escenario?
El mejor, sin duda, el concierto que dimos en la Plaza Mayor en 2015 siendo teloneros de Rosendo. Ese día fue muy especial porque la plaza estaba llena, la gente respondió genial. El público de Salamanca siempre nos ha tratado muy bien y ahora estoy encantado con su apoyo tanto en las redes sociales como en la calle.
Almudena Peña