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Aumenta el riesgo cardiovascular, pero se reduce la mortalidad por la asistencia

La Consejería de Sanidad ha desarrollado el estudio ‘Riesgo de enfermedad cardiovascular en Castilla y León’, que analiza la evolución desde 2004 hasta 2014 y que se ha realizado con una de las muestras poblacionales representativas de una comunidad autónoma más amplia y de más complejo diseño y precisión de las realizadas en España hasta ahora.

 

Cabe concluir que en la cohorte de estudio se han incrementado los factores de riesgo cardiovascular. Este aumento es paralelo al de la morbilidad y las tasas de hospitalización. Sin embargo, en los últimos años, de forma paradójica, se constata un importante descenso de las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, especialmente en los últimos 15 años: esta tasa se ha reducido en los últimos 25 años en un 55 % en hombres y en un 59 % en mujeres. En la actualidad, la tasa ajustada de mortalidad por enfermedades cardiovasculares es en Castilla y León 108,1 por 100.000 habitantes, un 11,6 % inferior a la media nacional (122,4).

Pese a una mayor exposición a los factores de riesgo, este descenso de la mortalidad se explica como consecuencia de una mejora de los tratamientos. Las mejoras en la asistencia sanitaria -desarrollo de la cardiología, anticoagulación o hemodinámica, entre otras- han frenado la mortalidad por estas patologías. Algunos expertos consideran que esta reducción de la mortalidad no podrá mantenerse si no somos capaces de actuar sobre los factores de riesgo y especialmente sobre los estilos de vida de las personas.

El resultado de este estudio ha sido que en Castilla y León el riesgo cardiovascular global es moderado, en línea con el área mediterránea. Para llegar a ello se analizaron seis variables: la presión arterial; la diabetes mellitus y trastornos de la regulación de la glucosa; las lipoproteínas –colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL y triglicéridos-; el hábito de fumar y consumo de cigarrillos; el sobrepeso y la obesidad, y el síndrome metabólico

En este sentido, y desglosando estos resultados, se ha observado que mientras en 2004 la prevalencia de hipertensos en la cohorte estudiada era del 41,09 %, en 2014 se había incrementado hasta el 55,66 %. Su máximo aumento se da entre las personas con edades comprendidas entre los 45 y 59 años, que se incrementa en más de 20 puntos porcentuales –pasa de un 30,50 % a un 54,82 % en el caso de las edades comprendidas entre los 45 y los 49 años; de un 38,97 % a un 64,38 % para la cohorte de edad de entre los 50 y los 54 años, y de 50,87 % a 73,68 % para las personas con edades entre los 55 y los 59 años-. La incidencia fue más elevada en hombres que en mujeres y más alta en las zonas rurales que en las urbanas y semiurbanas.

También ha aumentado la prevalencia de la diabetes mellitus en estos 10 años de seguimiento de la cohorte. Así, mientras en 2004, el 9,89 % de los encuestados eran diabéticos, en 2014 este porcentaje ascendía hasta el 15,62 %. En el caso de los varones se pasó de un 10,98 % a un 17,67 %, mientras que en el de las mujeres pasó de un 8,90 % a un 13,94 %. En la población estudiada en 2014 había un 7,76 % de nuevos diagnósticos -218 de un total de 2.810-.

Por otro lado, el número de personas con hipercolesterolemia de la cohorte ha pasado a lo largo de los diez años estudiados de un 29,73 % a un 49,96 %, es decir, un aumento de 20 puntos porcentuales. El 19,68 % de los casos, es decir, 553 de un total de 2.810 estudios, eran nuevos diagnósticos en 2014, mientras que un 30,28 % eran ya hipercolesterolémicos conocidos en el año 2004.

Destacan en estos tres primeros parámetros analizados el aumento que se produce entre los menores de 40 años durante la década estudiada. Así, en el caso de la hipertensión se pasa de un 5,90 % a un 15,34 % en las edades comprendidas entre los 15 y los 34 años, y de un 16,19 % a un 31,71 % para los que tenían entre 35 y 39 años. Entre los diabéticos, el porcentaje se incrementa desde un 1,26 % hasta un 3,61 % para la cohorte de edad de entre los 15 y los 39 años. Y en el caso de la hipercolesterolemia, el ascenso es también llamativo, pues se pasa de un 7,54 % a un 23,29 % para los que contaban con edades entre los 15 y los 34 años, y de un 18,18 % a un 35,07 % para aquellos que tenían entre 35 y 39 años.

El número de fumadores, sin embargo, ha disminuido en más de cuatro puntos porcentuales a lo largo de la década. Si en 2004 el 23,62 % de la población era fumadora, en el año 2014 este porcentaje se quedaba en el 19,36 %. En el caso de los hombres se ha pasado de un 28,76 % a un 21,83 % y en el de las mujeres la disminución ha sido menor, pues se reduce de un 18,89 % a un 17,34 %. El consumo de cigarrillos entre los fumadores también ha bajado durante estos años, pues se ha reducido a más de la mitad la proporción de grandes fumadores –los que consumen más de un paquete al día-, que pasan de un 14,67 % en 2004 a un 6,70 % en 2014.

Otra de las variables analizadas ha sido la obesidad y el sobrepeso. Las personas obesas –con un índice de masa corporal superior a 30- han pasado de ser el 22,99 % en 2004 a un 27,62 % en 2014, con un incremento de cerca de 4,6 puntos porcentuales. Solamente se observa una disminución en la cohorte de edad comprendida entre los 70 y los 74 años. Además, el 21,36 % de las personas que en 2004 tenían sobrepeso, en 2014 tenían obesidad.

Por último, se analizó la evolución de la prevalencia de personas con Síndrome Metabólico, aquellos con mayor riesgo cardiovascular. La proporción se mantiene prácticamente invariable, pues se pasa del 16,08 % en 2004 al 16,63 % en el año 2014. Destaca que esta prevalencia llega a duplicarse en el caso de los menores de 35 años, ya que pasan de un 1,27 % a un 5,02 % en el grupo de edad entre 15 y 24 años y de un 4,78 % a un 8,64 % entre los de edades comprendidas entre los 25 y los 34 años

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