Niños y televisión

 

[dropcap]S[/dropcap]e ha escrito mucho sobre la influencia negativa de la televisión en los niños, sobre cuánto tiempo diario es adecuado, qué programas, si pueden verla solos o es conveniente estar acompañados…

El estudio que realiza mensualmente Barlovento Comunicación con datos de Kantar Media sobre el consumo de la televisión en España, indica que durante el mes de septiembre se ha visto la televisión 231 minutos al día, no diferencia franjas de edad, pero son casi 4 horas diarias de televisión.

Está tan clara esa influencia, no positiva, que hay leyes que regulan los contenidos que se exponen con el objetivo de proteger a la infancia. Además de estas leyes, existe un convenio de Autorregulación, firmado por diferentes grupos de comunicación en el cuál establecen una serie de medidas como un horario general de protección del menor de 6:00 a 22:00 h, y horarios de protección reforzada, de 8:00 a 9:00 y de 17:00 a 20:00 de lunes a viernes, y de 9:00 a 12:00 sábados, domingos y determinadas fiestas nacionales, una calificación de la programación por edades, y otra serie de medidas que pueden ser consultadas en la página web www.tvinfancia.es.

Entonces, ¿podemos concluir que la televisión es negativa?
Como en otras muchas ocasiones, podemos enfocar esta pregunta desde diferentes puntos de vista. La televisión es un recurso audiovisual muy atractivo para los niños, y este hecho lo puede convertir en una herramienta de apoyo excelente para acceder a ciertos contenidos académicos, de hecho esta utilidad se potencia especialmente en los programas dirigidos a niños más pequeñitos, posteriormente se va diluyendo este objetivo y se potencia el de simple entretenimiento.

Los estudios dirigidos a analizar las consecuencias de una exposición excesiva de televisión han asociado dicha exposición con una amplia variedad de efectos, entre ellos el incremento de conductas agresivas, problemas de imagen corporal, obesidad o problemas nutricionales

¿Qué podemos hacer?
En primer lugar es recomendable limitar la exposición diaria de los niños a la televisión a un máximo de 2 horas, según los estudios por encima de este tiempo se acentúan los efectos negativos.

En esta línea van también los estudios que ‘culpan’ a la televisión de quitar oportunidades de llevar a cabo otro tipo de actividades, evidentemente el tiempo es limitado, si estás ocupado haciendo una cosa, estás perdiendo la oportunidad de hacer otra.

Un modo fácil de hacerlo es limitar las zonas de la casa donde es posible ver la televisión, o, dicho de otro modo, evitar que haya televisión en las habitaciones.

Otra posible medida sería establecer períodos sin televisión como norma, por ejemplo durante las comidas. Esto ayuda a potenciar la interacción familiar en estos momentos.

En segundo lugar, escoger con cuidado los programas, y asegurarse de la adecuación de los mismos a la edad de los espectadores. Hay autores cono Schmidt y Vandewater que concluyen que el contenido mostrado por las pantallas es más importante que las pantallas en sí.

En tercer lugar, evitar que vean la televisión solos, con apoyo de los padres, un programa puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje, y en niños más mayores, esta ayuda podría ayudarles a desarrollar una actitud más crítica y a no dar por válida cualquier emisión que vean.

Para asesorarse con más profundidad sobre este tema contacte con Centro Esnia.

Esther Serrano
Psicóloga 

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