Aya Ben Hamdouch, una de las niñas de San Ildefonso que participaron en el sorteo especial de Lotería de Navidad, se convirtió sin quererlo en la gran sensación del sorteo antes de que saliera el gordo.
Tal fue el impacto y tan inesperado, que al principio se dijo que la niña se llamaba Noelia, y así saltó a los medios y a las redes. Solo un cuarto de horas después de acabar su labor y en vista del revuelo que formó, se supo que se había cambiado ese turno y la niña en realidad era Aya.
Mientras el primer premio se hacía esperar, la emoción, el sentimiento, el salero, la gracia y la entrega la puso esta niña con su peculiar modo de cantar los premios. No hizo falta que cantara el gordo, porque triunfó con su actuación.
Varios segundos dándolo todo tarareando «mil euuuuuroooos» con cada bola, excepto cuando cantó algún quinto premio.
Acabó con el tedio que invade el espacio entre los premios mayores y que suelen adormecer a los que están en el salón de loterías (en esta ocasión el Teatro Real). Es más, los puso en pie, aplaudiéndola y jaleándola entre varilla y varilla, con una traca final, todos puestos pie, cuando acabó su tarea.
Puso en pie al salón y alborotó las redes sociales con su desparpajo, que no pasó inadvertido para nadie, para algarabía de la audiencia y contra el sistema nervioso del monitor de la pequeña, que un momento salió a aleccionarla para que fuera más rapidito, pero ella siguió con su entrega.
«Tú sí que vales» le cantaba la hinchada desde las butacas del Teatro Real.
