El chuletón de ‘vaca vieja’ tiene un color rojo intenso, grasa entrevenada, como la del jamón de bellota, magra y un sabor fuerte. El conjunto es una exquisitez para paladares exigentes.
Los fogones del Berysa, establecimiento ubicado en la Plaza Mayor, ofrecen chuletones de ‘vaca vieja’ madurados entre 30 ó 40 días en las bodegas del matadero de Mozábez. La maceración proporciona que la carne se vuelva más tierna y jugosa y se incremente su aroma, olor y sabor.
Además del gran sabor, el chuletón cuenta con nutrientes muy valiosos. Es una de las carnes más ricas en proteínas y hierro. Así mismo, alivia la ansiedad, la depresión y la fatiga y alimenta las células del organismo, sobre todo las del corazón.
A todo esto, hay que unirle que en el Berysa conocen su punto óptimo, y en su cocina le dan el mimo de preparación necesario para que el chuletón sea apetitoso. «Es uno de las piezas más valoradas en nuestro restaurante. Lo preparamos de manera natural, a la plancha, y lo servimos en plato de barro caliente para que no se enfríe la carne, lo sazonamos con sal de escamas y el acompañamiento es simple, con patatas y pimientos. Es un plato sabroso para el paladar«, explica Nacho Fuentes, responsable del Berysa.
Características del chuletón del Berysa:
Calidad extra: piezas de 500 gramos a 1Kg.
Reses: los animales tiene más de seis años, con un nivel de grasa infiltrada muy bueno. Esto logra que la carne tenga un gran sabor y este tierna.
Maduración: de 30 a 40 días en el matadero de Mozábez.
Elaboración: A la plancha y servido en plato de barro.
Acompañamiento: Amigos o familiares y un vino con cuerpo.