Agentes de la Policía Nacional de Salamanca han detenido a un hombre y a una mujer, ambos de 21 años, como presuntos autores de un delito de robo con fuerza en interior de vivienda, en grado de tentativa, tras ser interceptados sobre las 19:30 horas del pasado viernes en la escalera de un bloque del número 10 de la Plaza de la Constitución. La Policía les atribuye «numerosos» robos en pisos del centro que vienen produciéndose des hace algunos meses.
La colaboración de los vecinos, que realizaron varias llamadas al 091, propició la inmediata llegada de patrullas policiales al lugar, que, junto con otros efectivos policiales de las distintas Brigadas de la Comisaría Provincial, participan en un operativo especial diseñado para tratar de identificar y detener a los autores de los robos que se están produciendo en viviendas de la ciudad, preferentemente en los barrios céntricos, delitos que han subido estadísticamente en los últimos meses.
Los agentes llamaron al ascensor del bloque para evitar que fuera utilizado. Tras comunicarles la Sala del 091 que los presuntos autores bajaban por la escalera, ellos subieron los interceptaron entre la tercera y cuarta planta.
Se trataba de una pareja «que hablaba en idioma desconocido, por lo que no atendieron a los requerimientos de los agentes, aunque la mujer arrojó algunos efectos al patio interior del edificio mientras el varón intentó arremeter contra los policías, por lo que fueron detenidos.
En el cacheo de seguridad que se les efectuó se les intervinieron 320 euros en distintos billetes, una fotocopia de un carné de conducir en un plástico doblado, unos calcetines y un gorro de lana y dos teléfonos móviles. En el registro posterior del patio donde habían arrojado los objetos se encontraron una llave inglesa y tres destornilladores.
El incremento de los robos denunciados en la ciudad y el modus operandi utilizado por los presuntos autores de los mismos apunta a la posibilidad de que estos sean llevados a cabo por grupos especializados e itinerantes de delincuentes que actúan por todo el territorio, haciéndolo de forma cohesionada y con un reparto de roles propio de grupos jerarquizados.
Raramente se intervienen objetos personales que permitan descubrir sus rutas y su comunicación con otros miembros o con terceros, para dificultar la investigación.
Suelen cometer los delitos en barrios céntricos, generalmente aprovechando la salida de sus moradores, lo que denota vigilancia y medidas de seguridad previas y utilizando tres métodos diferentes para el acceso a las viviendas, dependiendo de las condiciones de las puertas: el resbalón, para lo que usan plásticos rígidos; la fractura del bombín, llevada a cabo generalmente con alicates o llaves inglesas, entre otros métodos, o el forzamiento de la puerta valiéndose de destornilladores o palanquetas entre esta y el marco.
La intervención de efectos a los detenidos que pueden ser utilizados en los tres métodos descritos hace que se investigue su participación en otros delitos cometidos en la ciudad y su pertenencia a una red organizada, considerándose policialmente su presunta implicación en numerosos robos en interior de viviendas denunciados en los dos últimos meses.