La Universidad de Salamanca ha celebrado este sábado la festividad de Santo Tomás de Aquino, la primera para el nuevo rector de la institución, Ricardo Rivero. En el acto se han investido a los nuevos doctores y se ha premiado el trabajo de varios profesores e investigadores.
Ricardo Rivero, nuevo rector de la Universidad de Salamanca, ha presidido su primera ceremonia de Santo Tomás de Aquino, a la que han asistido decenas de personas para ver a sus familiares y amigos recibir los reconocimientos. Soledad Murillo, profesora titular del departamento de Sociología y Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales, ha sido la encargada de dar la lección, que ha titulado “Como decíamos ayer y diremos mañana: los retos de la igualdad”.
Su intervención comenzó afirmando que la Usal es una universidad “con un extraordinario pasado” y se preguntó cómo iba la institución a hacer frente al futuro en un momento en que la universidad pública “está siendo desacreditada”. La lección fue una reflexión sobre diferentes tipos de desigualdad y la profesora hizo hincapié en la necesidad de defender el feminismo.
Según manifestó, la igualdad “no es un asunto de mujeres” y “tiene que rescatarse de malentendidos”. Para ella, se trata de reglas para convivir. “Supone partir de que el otro tiene la misma estatura cívica que yo”. En este sentido, también destacó el valor del respeto y la reciprocidad de la comunicación.
Otro de los puntos de su discurso criticaba que el Plan Bolonia ha “cuantificado y mercantilizado” la universidad. La desigualdad se da en la discriminación entre profesores y materias de estudio al medir el número de publicaciones que realizan, así como en los alumnos que no tienen las mismas oportunidades para estudiar. Reivindicó que la universidad necesita inversiones para mantenerse “viva y como fuente referencia” y criticó que “España no apuesta por la educación pública”.
Por último, destacó que solo hay tres mujeres con título de doctoras honoris causa y que no se valoran de forma igualitaria los méritos de las mujeres investigadoras. A pesar de que las mujeres comenzaron a entrar en la universidad en 1910, “todavía significa una lucha”, por lo que Soledad Murillo cree en las unidades de igualdad y considera que “los estudios de género no son una desviación”.
Posteriormente, comenzó la ceremonia de investidura de los nuevos doctores, que proceden de muy diversos campos de estudio. Como un reconocimiento a la trayectoria en investigación de varios doctores y profesores, se otorgaron los Premios María de Maeztu, el Premio Nacional de Investigación en Cáncer ‘Doctores Diz Pintado’ y los premios de las diferentes fundaciones de la Universidad, la Fundación Grünenthal y la Cátedra FIIPERVA.