– ¡A ver, chavales! ¿Qué es, o que os ha gustado más de la Sala de las Tortugas?
– ¡A mí, la cagarruta fósil pisada por el mono!
– ¡Pues a mí la historia del cocodrilo corredor, el Iberosucus!
– ¡A mí la tortuga de mi pueblo, de Cabrerizos!
– ¡Pues a mí la del mío, de San Morales, con la mandíbula del cocodrilo debajo!
– ¡Vale, vale! ¡A todos os gustado mucho! ¿Queréis volver otro día?
-¡¡¡Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!
– ¡Pues tenéis que traer a vuestros papás, cuando se abra este museo al público! ¿Vale?
– ¡¡¡Valeee!!!
– Bueno. Pues ahora venid todos a ver esta vitrina. Sí. Ésta. Fijaros bien en esos muñecos. Quiero que los veáis todos, porque quiero que los recordéis siempre…
– ¿Nos los vas a regalar?
– No. No. Mirad. Estos muñecos de tortugas me los regalaron los alumnos de El Arca. No los puedo regalar porque son muy valiosos…
– ¿¿¿Cuánto cuestan???
– No. Su valor no se mide en euros ni en pesetas, ni en dólares. Su valor es mucho más grande, por lo que representan…
– «A ver. Decidme.. ¿Cuál es la parte más importante de vuestro cuerpo?
– ¡El corazón!
– ¡Los pulmones!
– ¡El cerebro!
– ¡Eso es! ¡El cerebro! Atended. Si yo te digo a ti –sí, a ti mismo– que pongas la mano aquí, que cojas un martillo y te pegues un golpe en la mano… ¿lo harías?
–¡Pues no!
-¡Pues si te digo que te machaques el cerebro, tampoco lo hagas!
–¿¿¿¿¿…..?????
– Os explicaré lo que quiero decir. Hemos quedado en que esa es la parte más importante; la que tenéis que cuidar más. Pues ved esos muñecos. Los han hecho personas que no son tan inteligentes como vosotros, que tienen su cerebro dañado por alguna enfermedad… Pero que pueden hacer esos muñecos y otras cosas… A veces vienen a visitar esta Sala de las Tortugas, que tanto les gusta, y me regalan algo. ¡Para mí esos regalos son más valiosos que todo el oro del mundo!
«Bueno. Pues vuestro cerebro tenéis que cuidarlo para que no se ponga malo. ¿Que cómo? ¡PUES NO TOMANDO DROGAS ni nada que pueda dañarlo! ¿Lo habéis entendido?
– ¡¡¡Síiiiiiiiiiiii!!!
– Entonces. ¿qué tenéis que decir cuando alguna de esas personas que tanto daño quieren haceros, que os tratan de engañar diciéndoos que os va a gustar mucho, que lo toman las personas mayores, que os quiere vender droga para ganar ellos dinero? ¿Qué les tenéis que decir?
–¡¡¡Nooooooo!!!
– ¿Y si os lo vuelven a proponer?
– ¡¡¡Qué nooooooooooo!!! ¡Déjame en paz!
– ¡Eso es! ¡Muy bien! Pues recordad siempre estos muñecos cuando os quieran vender ese veneno; porque es un veneno para vuestro cerebro.
«Pero ahora quiero hablaros de otra cosa. ¿Cuál es la peor enfermedad que hay?
– ¡¡¡El cáncer!!!
– ¡La diabetes de mi abuelo!
– ¡El reuma de mi abuelita!
– Pues no. Hay otra más terrible. ¡El ALZHÉIMER! Las personas que lo tienen van perdiendo la memoria; no recuerdan nada y se van apagando muy lentamente, muy lentamente, durante muchos años. Al final no pueden hablar, ni moverse, ni comer. ¿Alguno de vosotros tiene a su abuelito o a su abuelita así, sentado siempre en una silla de ruedas?
-¡Sí! ¡Yo!
– ¡Y yo!
– ¡Y yo!
– Mirad. Esta enfermedad tan mala no tiene cura. Les dan algo para que se sientan mejor, para calmarles, pero no sirve de nada.
«Pero hay una cosa que es maravillosa para ellos; que les alivia mucho, aunque no lo parezca. ¿Sabéis qué es? ¿Noo? ¡Pues es el CARIÑO!
«¡Sí! ¡EL CARIÑO! No tenéis que estar abrazándoles siempre. Es suficiente con que, con mucho CARIÑO, les acariciéis la mano. ¡Así! Ellos, parece que no, pero puede que lo noten. ¡Nunca os lo agradecerán! ¡No pueden hacerlo! Pero vosotros os sentiréis mejor, al saber que les estáis dando lo mejor que se les puede dar. ¡Cómo os querrían si estuviesen buenos! Y cuando veáis a los mayores que les regañan, salid en su defensa, diciendo «¿Pero por qué les regañas, si ellos no saben lo que hacen?»
«¿Lo vais a hacer? ¿Vais a quererles más desde ahora? ¿Vais a acariciar sus manos?
– ¡¡¡Síiiiiiiiiiiii!!!
– ¡Gracias! ¡Muchas gracias! Y ahora, volved formalitos al cole…
4 comentarios en «A los niños»
Gran lección. Muchas gracias, Emiliano.
Un abrazo y hasta pronto,
Emilio
2 pensado en “A los niños”
Anónimo dice:
28 Ene, 2018 a las 21:50
Gran lección. Muchas gracias, Emiliano.
Un abrazo y hasta pronto,
Emilio
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Anónimo dice:
29 Ene, 2018 a las 08:47
Emiliano, siempre nos emocionas porque siempre vas al fondo, por el camino directo, sin arabescos.
Un fuerte abrazo y gracias por tu tenacidad. David
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Emiliano, siempre nos emocionas porque siempre vas al fondo, por el camino directo, sin arabescos.
Un fuerte abrazo y gracias por tu tenacidad. David
Te digo lo mismo que a Emilio. Los niños son nuestra esperanza, nuestro futuro. Es imprescindible darles el mayor ejemplo posible.
Un abrazo, querido amigo