Jesús Málaga, presidente del Centro de Estudios Salmantinos, y La Crónica de Salamanca inician una serie sobre monumentos, rincones, rutas y lugares ‘escondidos’ de nuestra ciudad bajo el título de: Salamanca, de la sombra a la luz
Para saber qué hace y quién puso esta pequeña escultura que da nombre a lo que fue un Colegio Menor, hay que retrotraerse 500 años atrás cuando Salamanca era un hervidero de Colegios Mayores y Menores fundados por órdenes religiosas, civiles y militares
En el caso que nos ocupa en la serie: Salamanca: de la Sombra a la Luz, la Casa de la Cabeza era un Colegio Menor, de las decenas de colegios que había en el siglo XVI en Salamanca, que fue fundado por la Orden de Santiago. Pero, como en las historias de hace cinco siglos, hay misterio, peleas y celos. En este caso, no son leyenda: ocurrieron de verdad.
El Colegio del Rey fue fundado por Carlos I de España y V de Alemania en 1534 cuando vino a Salamanca. El edificio que albergaba este Colegio Menor fue diseñado por Rodrigo Gil de Hontañón, pero, al morir, en 1577 siguió su colega Juan Gómez de Mora. De éste desaparecido monumento asegura Gil González Dávila que era de los mejores de Salamanca y que tenía dos torreones que lo hermoseaban y miraban hacia el mediodía, adornados con rejas y escudos de La Orden de Santiago.
El Colegio del Rey se fundó para estudiantes hijos de caballeros de La Orden de Santiago. Vestían manto cerrado y muceta negros, además de lucir en el pecho la cruz roja de La Orden de Santiago.
Luis Garrido, en su obra: ‘Salamanca: dos Iglesias portogalesas, las mullaras y otras piezas histórico-Artisticas’, escribe sobre que los estudiantes santiaguistas habían sido alumnos de la Universidad de Salamanca desde el su fundación. Garrido los sitúa en el barrio antiguo, que fue siempre el barrio universitario. «Así, con anterioridad a fundarse el Colegio del Rey hubo en Salamanca colegiales de La Orden de Santiago de las Casas de Uclés y de León, cuando La Orden determina crear en nuestra ciudad un colegio para ocho estudiantes, cuatro de cada Casa, de los que la mitad eran juristas y la otra mitad teólogos. Ambas Casas permanecen unidas hasta 1533, año en que, por desavenencias, deciden separarse y situarse en diferentes lugares de la ciudad«, explica en su obra Luis Garrido.
Los de Cuenca
Aquí es donde entra en juego la Casa de la Cabeza. Garrido explica que los de Uclés se instalaron en el Patio Chico, cerca de la puerta de Acre de la Catedral Vieja, -frente a lo que ahora es la Casa Lis-, sobre cuya puerta de la casa se colocó una cabeza del Apóstol Santiago, con larga barba y sombrero de peregrino, dando a entender que la Casa de Uclés era la cabeza de La Orden. Por este motivo, a este edificio se le llama Casa de la Cabeza.
Ellos se denominaban la cabeza de la Orden, porque los aspirantes a caballeros de la Orden de Santiago hacían el noviciado en el Sacro Convento Maestral de Uclés (Cuenca), por lo que, cuando venían a estudiar a Salamanca ya habían hecho los votos.
El confesor y consejero de Felipe II
Entre los estudiantes que vivieron en la Casa de la Cabeza cabe destacar a Benito Arias Montano. Ana Baeza señala en el artículo: Benito Arias Montano, humanista español, que a él le debemos entre otras cosas la dirección y publicación de la Biblia Políglota de Amberes, que ha pasado a la posteridad como la Biblia de Arias Montano o Biblia Regia (1568-1572).
Arias Montano realizó esta obra a partir de los textos en hebreo y no en latín. Su labor consistió en lo que hoy llamaríamos edición literaria: seleccionó fuentes, traductores, gramáticos, historiadores, etc, además de revisar las pruebas, y también escribió unos cuantos tratados de erudición bíblica que formaban el último volumen.
A pesar de todo esto, el profesor de la Universidad de Salamanca, León de Castro, denunció a Arias Montano a la Inquisición española, acusándole de que había presentado la traducción de Pagnino como la versión más exacta del texto hebreo y griego y de que había recomendado recurrir a las fuentes originales, lo cual decía León de Castro que era contrario del decreto del Concilio Tridentino sobre la Vulgata. La Inquisición señaló en la Políglota algunas faltas reales, pero declaró que no eran suficientes para condenarla. La Políglota de Amberes fue bien acogida del público y aprobada por varias Universidades.
Arias Montano fue una figura magistral de humanismo español. Además de biólogo, escritor, hebraísta y bibliotecario. Su relación con el rey Felipe II se iniciaría con su nombramiento como capellán y confesor real en 1566, y ya no se habría de interrumpir hasta prácticamente su muerte.
Fue consejero secreto del rey para los asuntos flamencos y más tarde consejero para los asuntos portugueses, labor que desempeñó hasta que tuvo lugar la anexión de este país en el año 1581. Retornado a España, Felipe II le encargó la dirección de la Biblioteca de El Escorial y es considerado el primer bibliotecario del Monasterio de San Lorenzo El Real de El Escorial, hasta que en 1584, perdió el favor real.
Los de León
Por su parte, los otros estudiantes, los denominados de León se afincaron en la calle de La Moneda. Hace unos años fue restaurada y en la actualidad, el solar lo ocupan tres viviendas. Dos de ellas, lucen un escudo en las paredes.
Documentación:
Luis Garrido: ‘Salamanca: dos Iglesias portogalesas, las mullaras y otras piezas histórico-Artisticas’
biblogtecarios.es
2 comentarios en «La Cabeza de Santiago en Salamanca»
¡¡¡INTERESANTÍSIMO!!!