Uno a uno los hermanos fueron descendiendo las escaleras de San Martín y ocupando la calle Quintana con sus antorchas, cuya luz tiritaba a merced del viento.
La imagen del Cristo de la Humildad, de la Hermandad Franciscana del Cristo de la Humildad, fue recibida por cientos de personas que arroparon a la imagen de Fernando Mayoral en su primer recorrido por las calle del casco histórico de la ciudad.
Además de Quintana, Juan del Rey, Prado, Plaza de San Benito, Cañizal, Carniceros, Rabanal, Cervantes, Traviesa, Libreros, Tavira, Horno, Tentenecio, Gibraltar, Patio Chico (acto penitencial, coro de cámara del Casino de Salamanca), Arcediano, Plaza de los Leones, Doyagüe, Plaza de Carvajal, San Vicente Ferrer, Silencio, Tostado, Plaza de Anaya, Francisco Vitoria, Rúa Antigua, Compañía, Meléndez, Corrillo y Quintana.
Las andas que portaban al Cristo de la Humildad son originales, porque al mismo tiempo que la imagen va tumbada, se podía contemplar en todo su esplendor.
Acompañando a la imagen del Cristo de la Humildad en su recorrido por las calles salmantinas estaban frailes de la orden Franciscana, así como el autor de la imagen, Fernando Mayoral.