Un trabajador de Topas salvó la vida de un interno de origen árabe, cuando éste prendía su celda ubicada en el departamento de Aislamiento
Los hechos ocurrieron a las 20.00 horas del lunes, 16, y como consecuencia de dicho incendio se generó una densa humareda que impedía la visibilidad más allá de 30 centímetros.
Los trabajadores del departamento procedieron a abrir las celdas y sacar al patio a los internos que se encontraban en dicha galería, pero tuvieron que entrar a rescatar a uno de ellos, el que había ocasionado el incendio, que se encontraba inconsciente tendido en el suelo.
Cuando procedían a salir de la galería, los trabajadores tuvieron que contener al resto de reclusos que intentaron agredir al autor del incendio, por considerar que había puesto en peligro sus vidas.
Se trata de un interno con problemas de adaptación y multitud de conflictos con otros internos, como consecuencia de ello ha pasado por la práctica totalidad de los módulos del centro y finalmente tuvo que ser ingresado en aislamiento.
Sin material adecuado
El C.P. de Topas y resto de los centros penitenciarios de España carecen de los sistemas adecuados para este tipo de intervenciones en los que el humo imposibilita la visión, como serían cámaras de rayos infrarrojos, para poder ver a través del humo.
Lo que dificulto la tarea de rescate y puso en serio peligro la vida de los trabajadores intervinientes que, como consecuencia de la inhalación de humo y golpes sufridos involuntariamente, debieron ser atendidos inicialmente por los servicios médicos del centro y posteriormente trasladados a urgencias en Salamanca.
Desde el Sindicato Acaip felicitan a los compañeros que actuaron en el día de ayer, arriesgando sus propias vidas para salvar la de los internos. Y esperamos de la S.G. de II.PP. y de la propia Dirección del Centro el merecido reconocimiento.
Esta es una muestra más de la dureza del medio penitenciario, en la que desarrollan sus funciones miles de trabajadores en toda España. En lo que va de año se han producido incendios intencionados en las celdas de varias prisiones, como Villena, Picassent o Melilla, en la que los trabajadores penitenciarios han debido arriesgar su vida para salvar a la de los reclusos.
