Con la llegada de la primavera y la temporada de bodas, Salamanca empieza a acoger las tradicionales y temidas despedidas de soltero.
Este sábado no era difícil cruzarse con varias simultáneamente en la zona centro.
Aunque no pueden ir con megáfonos ni semidesnudos, las restricciones no hacen que se retraigan los grupos de jóvenes foráneos que eligen la ciudad del Tormes para desparramar.