El Príncipe y la actriz: una boda de cuento de hadas, donde, como en toda historia romántica hay una nota de tristeza.
La novia, impresionante con un diseño de Givenchy firmado por su directora creativa, la británica Clare Weight Keller, llegó junto a su madre, pero subió las escalares del Castillo de Windsor sola, porque su padre, que normalmente ejercen de padrino, no ha acudido a ver casar a su hija. Este ha sido la nota triste de la ceremonia.
Pero, nada más entrar en la capilla de San Jorge, el príncipe Carlos la acompañó al altar donde la esperaba su futuro marido, el príncipe Harry, que nada más verla le ha dicho: «Estas impresionante. Te quiero». Por lo que la tristeza se borró de un plumazo de la cara de la bellísima novia.
El nieto favorito de la reina Isabel II eligió el uniforme militar para contraer matrimonio. Por su parte, Meghan optó por un vestido vestido liso de escote barco y manga francesa. Es un diseño sencillo, elegante y con un corte impecable. El traje está confeccionado en seda cady con un suave brillo mate. Los zapatos de la novia son también de la firma Givenchy y están forrado en seda duquesa. Ha complementado el conjunto con un velo engarzado en la tiara Mary y que tenía un bonito detalle con los 53 países de la Commonwealth. La diseñadora plasmó en él las flores distintivas de cada país en una espectacular composición floral.
Los ya Duques de Sussex han recorrido las calles de Windsor, localidad situada a 34 kilómetros de Londres. De esta manera, el matrimonio ha recibido el calor de los muchos curiosos y visitantes que han querido ver a la pareja y felicitarlos.
Como también han hecho los más de 1.000 invitados que han acudido al enlace real. La Familia Real Británica al completo, desde la reina Isabel II, su hijos y nietos hasta el mundo de la aristocracia inglesa, como las dos ex del príncipe Harry, Chelsy Davy y Cressida Bonas, o la ‘nobleza’ de Hollywood con George Clooney y su mujer Alma, y la del diseño gracias a Victoria y David Beckham.
La boda de Harry y Meghan ha demostrado una vez más que la realeza sabe muy bien cómo organizar este tipo de eventos, donde el glamour, la elegancia, la sofisticación, el derroche, el lujo,… está ahí para que millones y millones de personas en todo el mundo lo veamos por televisión, por las redes sociales, por los digitales o en papel.