Este domingo se cumplen 45 años de la llegada del primer hombre a la luna, un aniversario en el que todavía no se han disipado las teorías del fraude o de si se trató de un montaje para recuperar el terreno perdido por EE UU ante la antigua Unión Soviética en la carrrera del espacio.
Que si los astronautas tenían que flotar en el espacio en lugar de pisar suelo firme, que si no se veían estrellas en el firmamento, que si la bandera ondeaba al viento que no existe en la luna…
Incluso se llegó a especular que todo había sido rodado por Stanley Cubrick que por entonces grababa su 2001 Una odisea en el espacio.
Corría el 20 de julio de 1969 cuando el astronauta Neil Armstrong pisaba la superficie lunar por primera vez en la historia del hombre y pronunció aquella legendaria frase de «Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para humanidad».
Menos gravedad
De hecho, los astronautas saltaban y volvían a la superficie porque en la luna sí existe gravedad, pero seis veces inferior a la de la tierra. Por eso no empezaban a vagar por el universo.
La bandera se movía sólo cuando la manipulaban los astronautas, y esta ondulada por el efecto de las dobleces que tenía.
No se veían estrellas en el firmamento del fondo porque la película con la que se tomaron las imágenes necesitaba mayor tiempo de exposición. Y lo de Cubrick fue una inocentada de un canal de televisión francés.
Con todo y con eso, la teoría sobre el fraude en la operación de la NASA no ha desaparecido. Armstrong y Buzz Aldin estuvieron paseando durante dos horas por la luna, recogieron rocas, plantaron la bandera, una cámara, hicieron fotos y los recogió el tercer miembro de la misión Apolo 11, Michael Collins, que mientras tanto orbitaba alrededor de la luna a bordo de la cápsula Columbia con la que regresaron a la tierra.
45 años después de aquella escena histórica, seguida por 530 millones de espectadores, la Nasa ultima una expedición humana con destino a Marte, prevista para 2030.