La mitad de las intoxicaciones alimentarias que se producen en Castilla y León tienen lugar en los hogares, por lo que la Junta apela a los ciudadanos para que manipulen y conserven los alimentos en buenas condiciones higiénico-sanitarias.
El año pasado hubo 38 brotes alimentarios en toda la región, de los que 9 tuvieron lugar en Salamanca, que es donde mayor incidencia hubo.
De todas las intoxicaciones registradas en Castilla y León, sólo ocho ocurrieron en establecimientos hosteleros. El 45 por ciento se produjeron en los hogares.
Los principales errores que cometen los ciudadanos a la hora de manipular los alimentos es dejar los huevos sin refrigerar, cocinar algunos platos (también los que tienen huevo, como las tortillas de patata) y dejarlos a la intemperie en lugar de meterlos en la nevera, y cocinar otros alimentos sin llevarlos al punto de cocción adecuado para matar las bacterias que puedan contaminarlos.
Además, hay que tener «acreditada» la procedencia de los alimentos, evitar que los insectos entren en contacto con los alimentos y no mezclar alimentos frescos y crudos, entre otras precauciones.
Así lo indicó este martes el director general de Salud Pública de la Junta, Agustín Álvarez, que presentó en Salamanca el plan estival del servicio territorial de Sanidad.
Bares y restaurantes
Recordó que los establecimientos hosteleros están sometidos a controles y exigencias que dificultan las intoxicaciones (deben conservar una muestra testigo de la comida que sirven cada día por si se produce alguna incidencia poder examinarla), lo cual no evita al cien por cien las intoxicaciones, que suelen producirse cuando hay un exceso de aforo y deben servir más comidas de lo que pueden teniendo en cuenta la capacidad de sus cámaras frigoríficas y contratar a más personal cuyos hábitos higiénicos se desconocen.
También suelen ser las más llamativas, porque pueden afectar a colectivos y acabar con víctimas mortales, como los dos ancianos que murieron recientemente en una residencia de Miranda de Ebro.
