Unos impactantes incendios están sacudiendo una franja de la costa griega, al noreste de Atenas, y devastando todo a su paso. El alcalde de Rafina, una ciudad que se halla en el epicentro de la catástrofe, ha elevado de momento, a 74 el número de víctimas mortales, aunque el Gobierno mantiene esta cifra en 50 fallecidos y 172 heridos, once de ellos en estado crítico.
El cuerpo de bomberos ha avisado de que hay edificios a los que aún no han podido acceder y que se están recibiendo numerosas llamadas que alarman de personas desaparecidas, por lo que el número anunciado por el Gobierno podría ser mayor. Los fuertes vientos son el mayor obstáculo que están encontrando a la hora de sofocar los siete incendios.
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La zona comprendida entre el puerto de Rafina y Nea Makri, situadas entre 30 y 40 kilómetros kilómetros al noreste de la capital, es el lugar donde más víctimas se han encontrado. El barrio de Mati, donde residen en torno a 800 personas, ha quedado completamente calcinado, obligando a sus habitantes a huir hacia el mar. Las autoridades griegas temen que el incendio pueda llegar al centro de Atenas.
La mayoría de las personas que han perdido la vida en este suceso quedaron atrapadas por las llamas cuando estaban en el interior de sus casas o en sus coches, además de ahogarse cuando intentaban escapar tirándose al mar.
Alexis Tsipas, primer ministro, ha regresado este lunes a Grecia para gestionar la situación desde el Centro de Coordinación Unificado de Eleusis y espera que los focos se puedan controlar. Por su parte, el ministro de Orden Público, Nikos Toskas, ha manifestado su creencia de que los incendios podrían haber sido provocados.
