Hace 100 años, La Alamedilla era un parque ‘non grato’

Los salmantinos de 1882 paseaban por la Plaza Mayor y aunque construyeron el céntrico parque no fue hasta mediados de los años 40 (del siglo XX) cuando empezaron a 'quererlo', ya que fue el epicentro de las Ferias y Fiestas de septiembre
El parque de La Alamedilla se inauguró en 1882. Ha sufrido varias grandes reformas en sus 134 años de historia, la de 1963 y la 2015.

 

El rapto de Europa, escultura de Agustín Casillas.

[dropcap]H[/dropcap]ace 134 años nació el parque de La Alamedilla a las afueras de Salamanca, en un campo de labranza entre lo que ahora son, pero que en 1882 no existía, el paseo de Canalejas y la avenida de Los Comuneros.

 

Fernando Araújo demandaba en 1884 un parque nuevo teniendo en cuenta las limitaciones del Campo de San Francisco y otros espacios verdes de la ciudad. «Tendría que ser un lugar al aire libre, engalanado por jardines, ingleses y franceses, cuajados de variadas fuentes, estanques, surtidores de juegos caprichosos y cascadas de pintoresco aspecto, alumbrado durante la noche con profusión de luces y cuidado siempre con exquisito esmero».

El historiador salmantino confiaba en que no se tardaría mucho en hacer este parque, teniendo en cuenta que Salamanca ya contaba con un sistema de abastecimiento de agua.

El estanque de La Alamedilla, un clásico.

Araujo quería que ‘su’ parque se construyera en el cerro de San Vicente, un lugar privilegiado, pero la zona verde moderna y ‘europea’ se realizó en los terrenos de La Alamedillas, a las afueras de la Puerta de Toro.

Estas tierras pertenecían al Ayuntamiento y ya tienen algunos árboles plantados allá por 1864 que se había convertido en una glorieta triangular, la que formaban las carreteras general de Villacastín a Vigo y el nuevo paseo de la Estación.

Tierras por 18€

García Catalán en su libro Urbanismo de Salamanca en el siglo XIX, cuenta que en 1880 el Ayuntamiento compró una buena porción de tierras, para convertirlas en un parque y paseo recreativo, que adornara el entrono de este importante cruce de carreteras y sirviera como lugar de esparcimiento para la población.

El consistorio compró 17.826 varas cuadradas de tierras de labor sembradas, que pertenecían a José Tejero, por 3.000 pesetas (18€). A éstas añadió las de los hermanos Lorenzo y Luis Martín Cosío.

El encargado de hacer el trazado del nuevo jardín fue el arquitecto municipal Juan Morán Lavandera. Durante los años 1882 y 1883 se trabajó en la explanación de los terrenos y la delimitación del perímetro con setos.

Para su inauguración, se proyectó una feria agrícola, industrial y pecuaria con septiembre de 1883, siguiendo la moda de las ciudades europeas. Tanto se esmeraron que la propia feria premió al Ayuntamiento con una medalla de oro, que reconocía el diseño de los jardines.

Hubo otro símbolo de modernidad aquel septiembre de 1883, la llegada de la luz eléctrica a la Plaza Mayor y al paseo de Canalejas.

Después de esta exposición de 1883, La Alamedillas no tardó en convertirse en el principal espacio de recreo de la población, suplantando al Campo de San Francisco e incluso a la Plaza mayor.

100 bancos de hierro y madera 

Entre 1888 y 1889 se colocaron 100 bancos de hierro y madera. En las Ferias y Fiestas de 1889 se inauguró un estanque artificial. Un año después, se colocó un kiosko. El éxito de público estaba asegurado. Sólo había un impedimento para el disfrute de La Alamedillas fue su escasa iluminación.

Precisamente, por la afluencia de público, el Ayuntamiento decidió adquirir más tierras para ampliarlo y compró las del marqués de Guadalmina. Terminó el siglo XIX con un aumento de las dotaciones del parque. En 1898, se proyecto un kiosco para que la banda de música amenizara el paseo en las tardes de primavera y las noches de verano.

La primera década del siglo XX resultó nefasta para La Alamedilla, porque comenzó a descuidarse. De hecho, en 1912 El Adelanto instaba al Ayuntamiento a desprenderse de La Alamedilla alegando que: (…) allí se pasea cómodamente, sin necesidad de dar encontronazos al vecino, cosa que en otros sitios resulta muy agradable pero aquí es insoportable. Lo sabroso es rozarnos unos con otros como si nos fuéramos a sacar lustre. 

Y, en 1920, La Gaceta se lamentaba que aquello que fue un regular jardín, hoy es un erial dónde unos cuantos árboles levantan aún sus copas llenas de polvo y suciedad. De allí ha desaparecido toda señal de jardín… existen algunos bancos, pocos, pero la mayoría están completamente destrozados; y aquella magnífica avenida central, llena de baches y de tierra. 

La actual zona de juegos infantiles.

Afortunadamente para los salmantinos, La Alamedilla no despareció y Salamanca fue incrementando su casco urbano. Así en agosto de 1939, El Adelanto publicaba que: (…)
Hubo también el correspondiente concierto musical en La Alamedilla, y la aglomeración por las calles acaso más animadas que nunca, escapando del calor y pretendiendo respirar un aire libre que en realidad estaba encadenado por la presión atmosférica.

Además de estos conciertos, el Ayuntamiento eligió La Alamedillas como epicentro de las Ferias y Fiestas de septiembre. Allí se celebraban carreras de velocípedos, verbenas, desfiles de disfraces, fuegos artificiales. Aumentaron la iluminación del recinto y llenaron el lago de peces de colores. Actividades que eran todas un rotundo éxito.

El Adelanto describía las Ferias y Fiesta de 1948 de esta forma: La verbena de las Ferias y Fiestas tendrá lugar en La Alamedilla, exornada de modo magnífico. Para ello, el día 10 de septiembre quedará cerrado para el público el recinto de nuestro parque para proceder a su reapertura a las once en punto de la noche, hora fijada para el comienzo de esta monumental verbena.

Todas las atracciones que se instalen con motivo de las ferias en nuestro principal jardín permanecerán abiertas durante la celebración de la verbena, siendo un aliciente más para los concurrentes a la misma el realizar, sin el barullo propio de los días culminantes de nuestra feria, la vista a las distintas barracas instaladas en La Alamedilla, y siendo este otro de los atractivos que sumará la verbena.

El recinto de la misma estará convenientemente adornado. A los elementos ya preparados para la proyectada verbena durante las fiestas de San Juan de Sahagún, que el mal tiempo truncó, habrá que añadir los adquiridos para la fiesta del día 10 y les diremos que habrá 1.500 farolillos, reforzándose el alumbrado con 500 nuevas lámparas, sin contar la especial iluminación de los tablados que se construyan con otras 300.

Hace 55 años

Una de las reformas importantes de La Alamedilla se produjo en 1963. Las obras incluyeron el estanque, la pajarera, la pérgola central, el auditorio, el minizoo, la piscina, el parque infantil, la biblioteca, las esculturas de Agustín Castillas,… pero quizá lo más importante de esta reforma fue que derribaron el muro y la verja que la aislaba, abriendo, de ese modo, el parque a la ciudadanía.

La otra gran reforma que ha sufrido La Alamedilla tuvo lugar en 2015. Eso sí, el céntrico parque no perdió su esencia. Continúa la zona de ocio, espacios en el estanque y nueva iluminación.

La Alamedilla cuenta con más de 23.500 metros cuadrados en el centro de la ciudad de Salamanca.

*** Como anécdota decir que de 1926 hasta 1980, oficialmente La Alamedilla se llamaba General Don Miguel Primo de Rivera, aunque nadie se refirió al parque de este modo. El concejal Máximo Peña Manterón, el 22 de junio de 1926 motró su desacuerdo alegando: «Sobre todo y muy principalmente porque se ha abusado tanto de dar el nombre de personas a las calles, que el honor que se trata de dispensar se ha hecho un poco vulgar».

En la primera legislatura de Jesús Málaga, La Alamedilla recobró su nombre popular, con el que había nacido en 1882.

Documentación:

Urbanismo de Salamanca en el siglo XIX, Enrique García Catalán
Historias del cuarto de atrás.
Callejero Histórico de Salamanca.
Salamanca en el ayer.

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