[dropcap]E[/dropcap]n menos de una década, el mundo del deporte profesional se ha visto invadido por el auge de eSports. Estos eventos de videojuegos ahora compiten, y en algunos casos superan, a las ligas deportivas tradicionales por la cantidad de espectadores en vivo que reúnen y la cantidad de dinero en publicidad que son capaces de generar.
¿Qué significa esto para los deportes tradicionales?
El éxito duradero de la retransmisiones de partidos de las ligas deportivas tradiciones se explica porque son eventos destinados a disfrutarse en directo. Como tales, han sido resistentes a las cambios en el panorama global de los medios de comunicación.
Sin embargo, a día de hoy, los videojuegos generan una audiencia al menos similar a las ligas profesionales de los deportes convencionales. Es el caso, por ejemplo, del torneo League of Legends de 2016. Este evento atrajo a 36 millones de espectadores frente a las pantallas, cinco millones más que las Finales de la NBA.
Los eSports imitan los principios de las ligas deportivas tradicionales: un contenido emocionante, estrellas con miles de seguidores, nombres de equipos pegadizos, repeticiones a cámara lenta, partidos intensos y un resultado incierto.
La publicidad, la clave de todo.
El panorama económico de los deportes electrónicos es asombroso. Según NewZoo, se estima que los eSports “en su trayectoria actual, alcancen los 1.400 millones de dólares en 2020“. Por si fuera poco, “un escenario más optimista sitúa los ingresos en 2.400 millones de dólares” afirma el medio norteamericano.
Esta creciente popularidad abre más oportunidades a los jugadores para competir a nivel profesional y firmar grandes contratos, ganar premios en metálico y salarios similares a los de LeBron James, Rafa Nadal, o Cristiano Ronaldo.