[dropcap]E[/dropcap]l alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, ha emprendido una campaña de promoción de la ciudad para intentar atraer población y asentar la que va quedando.
Las ofertas empiezan a superar a las de cualquier catálogo del supermercado y a ser irresistibles.
Que si no sube el IBI (aunque quisiera hacerlo no habría podido), que si tampoco las tasas y precios públicos, ni el bus, ni el agua, ni el yoga. Así, todo en tromba, para que parezca que no sólo que no subirá, sino que nos sale gratis.
Para rematar la faena, todos los conciertos de las ferias serán gratuitos. Sin repago, más exactamente, porque alguien pagará a los cantantes, a no ser que quieran venir gratis para quedarse a vivir, en vista de que el alcalde no va a subir nada.
Si esto, como dice Mañueco, puede hacerlo por su buena gestión anterior, ¿qué tendremos que pensar cuando nos vuelva a dar un sablazo vía transferencia bancaria?
Antes de que vuelva a subirlo todo en beneficio de todos, quizá en breve empiecen a organizarse caravanas de ciudadanos dispuestos a asentarse en la tierra prometida, en Jauja. Benditas elecciones.
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