[dropcap]B[/dropcap]elén Esteban se casa. Parece que a la tercera va la vencida. Bien es cierto que es su segunda boda, la primera fue con su novio de niñez, Fran Álvarez, luego vino Jesulín, que aunque no pasó por el altar con el torero, tuvo con él una hija, Andrea, y para muchos, aunque ella lo niegue siempre, es el gran amor de su vida.
Belén Esteban se casa y esta vez lo hace con un hombre que le salvó la vida, según ellas en todos los sentidos, porque Miguel Marcos conduce una ambulancia y hasta su casa de Paracuellos se presentó para atender una emergencia, una bajada de azúcar (la colaboradora televisiva es diabética) y también la rescató de un mundo donde estaba inmersa y no encontraba la salida.
Ahora, ha anunciado bodorrio. Seguro que en esta ocasión no tiene ningún problema para encontrar vestido, ya que en su anterior enlace, no había casa de moda que le hiciera el taje. Las cosas han cambiado mucho y a nadie le amarga un dulce a modo de publicidad.
Hay que reconocer que Belén Estaban, princesa del pueblo, es como Isabel Preysler, reina de corazonas. Sí, digo bien, se parecen. Las dos han sabido dosificar muy bien la información, una por exceso y otra por defecto. Belén Estaban siempre ha contado la misma historia, la del desamor con el padre de su hija. No ha ‘vendido’ nada más. Y, la reina de corazones, sólo ha hablado del amor que le profesa a los hombres (de su vida) que hasta donde conocemos gracias al Hola, son cuatro.