La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio lamenta que un año más la Plaza Mayor vuelva a acoger los principales conciertos musicales del programa municipal de Ferias y Fiestas pese a tratarse de un monumento protegido por la legislación
Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio señala que aún no se ha estudiado el impacto que este tipo de actividades tienen, decepcionando a quienes en estas fechas visitan nuestra ciudad y no pueden admirar su principal monumento de forma completa o limitando el acceso a miles de seguidores de los diferentes artistas que podrían quedarse fuera por superarse el aforo.
Salamanca, como ciudad cultural y que aspira a tener y mantener una imagen internacional, en buena parte gracias al prestigio de su Universidad, carece de un espacio habilitado para acoger este tipo de actividades con todas las garantías y comodidades, además de dotarse de otros servicios y reclamos. Espacio que, sin duda, no debería ser utilizado únicamente en estas fechas.
De esta forma se liberaría a la Plaza Mayor, que ya cuenta con vida propia y es un atractivo en sí misma, «de una actividad profundamente agresiva que menoscaba el monumento y pone en riesgo su conservación. Lo que no impide que en el principal espacio público y de encuentro se sigan desarrollando actividades siempre y cuando sean sostenibles: que no afecten a su disfrute, a su contemplación o a su pavimento», apuntan desde la Asociación.
Feria de Día
La Asociación considera, como ya lo hiciera antes de la primera edición, que la Feria de Día no tiene cabida en una ciudad monumental e histórica como Salamanca que invierte tanto dinero público en promocionarse justamente como todo lo contrario a lo que representa ese evento que va ligado al patrimonio, a los espacios públicos y a la convivencia en comunidad, ya que todo ello se ve afectado por la insensibilidad de una actividad llena de excusas.
La nueva edición, que apuesta por la reducción en el número de barracas a fin de hacerlas rentables, también apuesta por la concentración de las mismas en espacios públicos y monumentales, de paso, de estancia y de contemplación, «que ya tienen vida y carácter propios como lo son la Plaza de los Bandos, el entorno de la Iglesia de San Juan de Sahagún o el Parque de la Alamedilla», explican.
A los anteriores chiringuitos se suman otros colocados -algunos de dimensiones extraordinarias- en el casco histórico, junto a monumentos, viviendas, colegios, en lugares de tránsito habitual y en el interior de parques, junto a terrazas de los mismos establecimientos y un sinnúmero de barriles, mesas, sombrillas, vallas, contenedores y urinarios.
Sin olvidar las dañiñas, pero necesarias, labores de limpieza de cada día, el consumo de alcohol en los espacios públicos o los residuos generados con suma facilidad, «todo ello convierte a la Feria de Día en un evento insostenible y pernicioso que, por suerte, cada año va a menos». concluyen desde la asociación.