[dropcap]D[/dropcap]esde que el rey Alfonso IX de León ordenase la conversión de la escuela catedralicia de Salamanca en el Estudio General de la ciudad charra, allá por finales de 1218 como indica en su artículo el profesor de la Universidad de Extremadura Francisco Javier Alejo Montes, la Universidad de Salamanca ha pasado por épocas de brillantez y reconocimiento, como las que jalonan su Siglo de Oro o los años en que Miguel de Unamuno ocupó el sillón rectoral del Estudio salmantino, así como años de olvido y cierto ostracismo dentro del sistema universitario español.
Carlos Tabernero/ ICAL. Ahora, en el año de su VIII Centenario, la Universidad de Salamanca alcanza su curso 800 en pleno auge nacional e internacional de su nombre y marca, y afronta sus «próximos ocho siglos» iniciando el periodo 2018-2019 con un calendario repleto de actividades con el que seguir conmemorando sus ochocientos años de historia.
Y es que, como asegura el vicerrector de Política Académica y Participación Social del Estudio salmantino, Enrique Cabero, «el curso 800, o el segundo curso que engloba el VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, supone un relanzamiento de la conmemoración, que ya ha ido creciendo en presencia pública, ciudadana y académica durante la primera mitad de este año 2018″.
Así, el objetivo que se plantea el equipo rectoral para el curso que comienza ahora es «consolidar lo que se ha ido consiguiendo» en el periodo académico 2017-2018. Un curso, el pasado, en el que «se ha cultivado la imagen reputacional» de la Universidad de Salamanca como «uno de los objetivos que se había marcado la Comisión Ejecutiva» para la conmemoración del VIII Centenario, y que ahora se pretende expandir con una «mayor presencia y participación social de la ciudadanía en la Universidad» durante el curso académico recién iniciado.
Para ello, uno de los primeros objetivos para el periodo académico 2018-2019 es «conseguir que los ciudadanos de Salamanca, Ávila, Zamora, Béjar y Villamayor, que es donde la Universidad tiene presencia con sus campus, conozcan la universidad en profundidad», explica Enrique Cabero, quien engloba en este apartado el dar a conocer a la ciudadanía «la historia de la Universidad, sus edificios históricos y contemporáneos, y lo que se hace dentro de ellos: qué estudios se imparten, cómo se estructuran las titulaciones o qué se hace en materia de investigación e innovación» dentro de departamentos o centros como el Parque Científico.
También se pretende, aprovechando la segunda mitad del VIII Centenario y «los incentivos fiscales para el patrocinio» de la efeméride, «consolidar líneas de trabajo con empresas, sindicatos, organizaciones empresariales y ONG».
No obstante, y dentro de su «modelo de universidad como servicio público que está al servicio de la sociedad», el Estudio salmantino se centra en actividades más concretas como la continuación de la llevada a cabo con la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes para que los escolares de la ciudad «conozcan bien la Universidad», u otras como la exposición dedicada a Basilio Martín Patino, «gran cineasta, estudiante y doctor honoris causa» de la Usal o la programación musical y teatral «en colaboración con el Ministerio de Cultura» y entre la que se encuentra la representación de la obra ‘La cueva de Salamanca’, dirigida por el reconocido actor y director Emilio Gutiérrez Caba, en los otros campus de la Universidad, donde se quiere «intensificar la actividad del VIII Centenario pero como un principio, no como un fin, para que este curso sirva para dar el salto hacia los próximos 800 años» de la Usal.
40 aniversario de la Constitución
Un curso 800 que, no obstante, está «dividido en dos» como recuerda Enrique Cabero, porque en 1218 «el sistema era distinto, ahora el año está separado en dos cursos», lo que sirve en todo caso para «ver que la Universidad de Salamanca sigue ligada a su pasado pero también se proyecta a su futuro» con el lema ‘Decíamos ayer, diremos mañana’, y que permite además unir la conmemoración del VIII Centenario del Estudio salmantino a otro hecho clave para la historia de España: el 40 aniversario de la Constitución española.
«Lo planteamos así desde el principio», afirma Cabero, quien recuerda que «la primera gran actividad a nivel nacional para conmemorar los 40 años de historia de la Constitución de 1978 fue la exposición ‘Del aula al escaño’, que organizó la Universidad de Salamanca poniendo de relieve la importancia de la Usal en el nacimiento, consolidación y aprobación de la actual Constitución, así como en el nacimiento del constitucionalismo español».
Ahora, en los primeros meses del curso que se inicia, se reivindicarán asimismo figuras como Diego Muñoz Torrero, «rector del Estudio salmantino, gran artífice de la primera Constitución española y personaje clave pero poco reconocido, porque los enemigos del constitucionalismo de entonces quisieron borrarlo de la historia de España», o políticos y juristas clave «en la redacción y consolidación de la Constitución vigente» como Adolfo Suárez, «antiguo alumno de la Usal», y los profesores Enrique Tierno Galván, Francisco Tomás y Valiente y Gloria Begué.
Además, en diciembre también se pretende reconectar, con alguna otra actividad, «el constitucionalismo español con la Escuela de Salamanca, los Derechos Humanos, y conceptos como el derecho subjetivo o la comunidad internacional». Porque, como recuerda Enrique Cabero, «todas estas ideas y principios surgen en Salamanca en el siglo XVI». «Forman parte del liberalismo constitucional que tiempo después da origen al modelo del Estado de Derecho, pero debemos reivindicar su nacimiento y concepción en Salamanca porque es una de las aportaciones más importantes que ha hecho España a la comunidad internacional y lo hizo de forma muy temprana, lo que supuso para la Universidad de Salamanca anticiparse notablemente en la historia», sentencia el vicerrector de Política Académica y Participación Social de la Usal.
Futuro internacional
Pero sí la Escuela de Salamanca supone la aportación histórica más importante realizada por la Universidad de Salamanca hasta ahora a nivel internacional, el objetivo del equipo rectoral es realizar una nueva contribución para las próximas décadas a partir del VIII Centenario con el impulso de «un procedimiento de reconocimiento de estudios superiores entre las universidades de Europa e Iberoamérica», con Salamanca como nexo entre ambos sistemas, llamado Espacio Euroiberoamericano de la Educación Superior y el Conocimiento.
«Es una operación muy ambiciosa, no es fácil, y en ella deben ser protagonistas las universidades y no solo los gobiernos», asevera Enrique Cabero, quien también recuerda que el espacio «no debe ser algo europeo que se traslada a América, sino que debe ser construido por todos», pero aboga por ello porque «se puede crear el espacio educativo más importante del mundo».
En cualquier caso, el objetivo a corto plazo de la Universidad de Salamanca, aprovechando los 800 cursos recién cumplidos, es «relanzar la imagen de la Usal, que ya es muy conocida internacionalmente, pero que incluso debe renovarse y darse a conocer más y de otra manera para seguir creciendo en número de estudiantes, en presupuesto para recuperar la situación previa a la grave crisis económica, y en presencia social y mediática».
Porque, como concluye el vicerrector de Política Académica y Participación Social del Estudio salmantino, «hay que crecer como servicio público a la sociedad, porque la Universidad es clave en el aumento del bienestar social y ese es, al fin y al cabo, el crecimiento final que hay que alcanzar» tras 800 cursos de historia.