El inicio del curso escolar es un momento clave para revisar la situación educativa, tanto para los alumnos como para los docentes. Los segundos, además, se encuentran inmersos en un proceso lleno de incertidumbre en el que desconocen si su pérdida de derechos laborales será revertida o si tendrán que esperar otra legislatura más.
Tal y como ha explicado el presidente de CSIF en Salamanca, Federico Martín, la organización se halla en una encrucijada. Tras llevar a cabo un ambicioso acuerdo con el Gobierno para mejorar las condiciones de los funcionarios en general, se encuentran de cara con un muro en las autonomías.
En ese entorno de dificultad política y una batalla entre cuatro colores, el pacto por la educación continúa en paradero desconocido y los alumnos castellanoleoneses siguen viviendo fuertes injusticias debido a la desigualdad.
¿Cómo se plantea este nuevo inicio de curso?
Para CSIF, este curso va a ser un poco raro.
Estamos contentos con el acuerdo que firmamos con el Ministerio de Hacienda. Hemos recuperado la oferta de empleo público, conseguimos que se vayan eliminando los descuentos cuando uno está enfermo y frenar un poco la pérdida de poder adquisitivo que habíamos tenido en los últimos años.
Esta es la parte positiva. La parte negativa es que, para poner esto en marcha, hace falta que las CCAA lo desarrollen. En Castilla y León nos hemos encontrado con que teníamos unas negociaciones muy avanzadas con la Consejería de Presidencia y al principio de verano nos dijo que cerraba esa negociación hasta que los ministerios eliminasen los decretos de recorte de 2012.
Esta jugada de la Junta no ha sido limpia. Estamos planteándonos reiniciar movilizaciones porque los proyectos de decreto que está estudiando el Gobierno lo único que dicen es que elimina esos recortes estructuralmente y deja en manos de las CCAA la negociación de que se vayan revirtiendo.
No tiene ningún sentido haber paralizado esa negociación. Esperamos que la Junta haya recapacitado. Vamos a pedir reunión de la Mesa General de Empleados Públicos y esperamos que entienda que no se puede esconder detrás del Gobierno y que debe impulsar que esa negociación se renueve.
Otro problema que tiene el inicio de curso para nosotros es que el cambio de Gobierno ha cambiado nuestros interlocutores. Había procesos en marcha con un horizonte de dos años y eso se ha cortado y tenemos que reiniciar ese proceso negociador. Hemos remitido una carta a la nueva ministra Batet planteándole que hay unos acuerdos firmados y esperamos que el Ministerio los cumpla. El más importante es la subida del 2,5 que pactamos para el 1 de enero de 2019.
En lo que afecta a los docentes, según lo que ha contado, parece que no estamos avanzando nada en Castilla y León.
Ese es uno de nuestros problemas. Como al resto de empleados públicos, lo que estamos buscando es que se pase a las 35 horas de jornada que teníamos en 2010. Al margen de esto, lo que sí hubiera podido llevarse a cabo, porque no está impedido legislativamente, es que se redujesen las horas lectivas.
En 2010, los profesores de Secundaria tenían una horquilla horaria de 17 a 21 horas con alumnos y los de Primaria de 21 horas. Ahora la mayoría de los profesores de Secundaria están en 19, los que son afortunados, 20, la mayoría, y 21 los menos afortunados. Y los de Primaria están en 25.
Habíamos negociado ya con la Consejería de Educación que se redujese el horario lectivo este curso. No es un capricho. Un docente que tiene que atender menos horas de clase puede preparar mejor sus clases. Igual que defendemos que se reduzcan las ratios porque si atiendes a menos alumnos, la atención es más personalizada, la educación es más adaptada al alumno y consigues mejores resultados incluso en alumnos que tienen serias dificultades.
Y en ese marco en el que la Junta ha cortado la negociación, también ha cortado esta. Aquí la trampa es doble porque, aunque ahora la Junta dijese ‘sí, ya la concedo’, sería para el año que viene.
En ese sentido, hemos avanzado poco. Por lo demás, el número de docentes se mantiene o aumenta levemente. Saludamos que se amplíen los docentes, pero no es suficiente. No estamos llegando a mejorar la educación.
¿Qué haría falta?
Para avanzar en Castilla y León necesitamos un incremento de docentes para poder reducir ratios y reducir horas, y necesitamos seguir manteniendo o mejorando el esfuerzo que se hace en la educación rural.
Salamanca es la segunda provincia de España con más municipios. El peso de lo rural es muy grande, entonces hay que trabajar más por la igualdad de oportunidades educativas, hay que potenciar la compensación.
Sabemos que la Consejería ha hecho esfuerzos por el medio rural. Este año hay un par de pueblos que están manteniendo su escuela con tres alumnos, y eso sí lo agradecemos, pero entendemos que la apuesta debe ser más decidida todavía y requiere más inversión económica.
En los últimos años lo que hemos visto es que el presupuesto en Educación no crece y sin un crecimiento presupuestario, sin que la Educación sea una prioridad, la mejora real es imposible.
No obstante, Castilla y León educa bien y es cierto que en todos los informes internacionales sale bien parada, pero también es cierto que es así no tanto por el impulso político sino por los profesionales de la Educación. A los profesionales hay que exigirles esa implicación, pero también hay que apoyarles e incentivar ese trabajo que hacen.
¿Las convocatorias de oposiciones están dando sus frutos?
La oposición ha sido un tema complejo. Lo que buscábamos era que las CCAA pudieran sacar todas las plazas que habíamos ido perdiendo. Que haya habido una oferta amplia sí es satisfactorio, pero en la ejecución hemos dejado plazas sin cubrir. Reclamamos que esas plazas han de acumularse a la siguiente oferta de empleo. Lo que no vamos a permitir es que se pierdan.
Sí estamos satisfechos con que se reduzca la interinidad. Hemos hecho estudios que corroboran que más de un 80% de la gente que ha aprobado la oposición habían sido interinos, por tanto sí estamos transformando empleo interino en empleo fijo. Pero sí es cierto ha habido unas disfunciones que nos hacen reflexionar. Ya es tiempo de que se revise el acceso a la función pública docente.
Se ha oído hablar mucho del MIR educativo, pero hay que estudiarlo muy bien y enmarcarlo dentro de un estatuto docente que nos permita saber qué esperamos del profesorado y generar una carrera docente que haga que el profesorado tenga opciones de acceso y progreso.
En lo que se refiere a Salamanca, la Junta se ha mostrado positiva en cuanto a que hay más alumnos y oferta educativa. ¿Cómo lo ven desde CSIF?
Para nosotros esto, por supuesto, es positivo. Pero se está produciendo una situación complicada que es que crecen los centros urbanos a base de asentarse sobre la despoblación rural.
Lo que nos gustaría es que realmente ese crecimiento del alumnado se viese también reflejado en crecimiento del profesorado y disminución de la ratio alumno-profesor. Se pierden plazas en núcleos rurales, esas plazas se amortizan y lo que planteamos es que, si te sobran plazas en los pueblos, manda ese profesorado a donde sí tienes alumnos: Alfoz y ciudad, no lo hagas desaparecer.
Antes ha mencionado que tendrán que reiniciar todas esas negociaciones. ¿Les desanima esto en cierta manera?
Frena en cierta manera los procesos y desanima un poco en el sentido de que tienes que empezar a plantear lo mismo que ya estaba casi conseguido con un equipo de Gobierno nuevo. Pero no nos pilla en mal momento porque lo que entendíamos que podíamos conseguir ya está prácticamente en vías de conseguirse.
Lo que tenemos son unas claras expectativas en que el nuevo Gobierno haga lo que promete. Pedro Sánchez había manifestado interés por mejorar las condiciones de los ciudadanos en todos los ámbitos, recuperar el Estado del Bienestar y revertir parte del dinero público hacia mejoras sociales y, evidentemente, esperamos que se pongan en marcha iniciativas en esa línea.
Estamos vigilantes de que no sean solo medidas de cara a la galería, que es un poco lo que hemos visto hasta ahora.
Nuestra comunidad está fundamentalmente gobernada por el PP y nos preocupa que ahora la Junta intente hacer oposición desde los puestos políticos. De ahí que uno pueda interpretar que este corte del proceso negociador con la Junta sea un poco para plantar cara a un gobierno de un color político distinto.
Entonces, ¿creen realmente que se va a conseguir revertir esos recortes?
Hay una parte que sí. Por ejemplo, en el tema económico solo es cuestión de que se aplique lo ya decidido. En el tema de la incapacidad temporal, estamos prácticamente también en esa línea. En Educación, el que se sustituya a un docente desde el primer día entendemos que también se va a conseguir.
Lo que nos parece un poco triste es que no se tenga la valentía de anular esos recortes. Se están parcheando lo que los decretos de 2012 pusieron como cortapisas a las administraciones en vez de quitar de un golpe toda aquella norma que perjudicó mucho al servicio público. ¿Revertirlos todos? A un horizonte de un par de años, sí, pero no tan rápido como hubiésemos deseado.
Ustedes han impulsado un acuerdo bastante positivo con el Gobierno, pero, ¿qué ha pasado con ese famoso pacto por la Educación?
Es imprescindible. Si realmente queremos tener una educación de calidad en España, eso es la base sobre la que asentarla. Mientras no seamos capaces de que los grupos políticos se pongan de acuerdo en que la Educación tiene estas bases y estas bases van a ser intocables independientemente de quien gobierne, nuestro sistema educativo va a estar dependiendo más de voluntad y profesionalidad de los docentes y color político de quien gobierna que lo que sería deseable.
A nivel curricular, ni siquiera las materias de 3º de Primaria son iguales aquí que en Extremadura. Un alumno de Béjar no necesariamente cursa las mismas asignaturas que uno de Plasencia aunque estén a 40km.
Hace falta un pacto que fije currículums, requisitos para el acceso a la función docente, horas de cada uno de los idiomas, que evite aventuras como el bilingüismo o como dar Lengua española en inglés.
La Educación es el pilar de la sociedad, es la base sobre la que se va a asentar nuestro futuro. Si estamos dando una Educación diversa, no podemos pedir un futuro común. Esas diferencias entre comunidades se van a ver a nivel social.
En la anterior legislatura, el pacto estuvo cerca pero no salió adelante y nuestra sensación es que el actual Ministerio de Educación ni siquiera lo va a intentar. Han de olvidarse del partidismo y empezar a pensar en el bien común y, mientras eso no se produzca, avanzaremos poco como país.
En este sentido, una de las principales quejas es la EBAU. Los alumnos piden una EBAU más igualitaria.
Evidentemente. Nosotros hemos defendido la EBAU única desde el principio. Si cada comunidad puede determinar un nivel de exigencia distinto, unas materias distintas, una operatividad distinta, yo no puedo poner al mismo nivel un señor que ha aprobado la EBAU en un sitio que otro señor que ha aprobado la EBAU en otro, porque no tengo ninguna garantía de que su nivel de conocimientos sea similar.
En Salamanca lo sufrimos especialmente porque tenemos una universidad potente y atractiva y lo que estamos consiguiendo es que nuestros propios alumnos de Castilla y León, a pesar de que todos los informes internacionales reconocen que nuestra educación es mejor, que nuestro nivel de exigencia es alto, se ven relegados por alumnos que vienen de otras comunidades que han tenido unos itinerarios formativos más suaves.
Las plazas que deberían ser para los mejores estudiantes las están copando alumnos cuyo nivel es más bajo. Eso es injusto, no solo para los alumnos que lo sufren sino para la sociedad.
2 comentarios en «Federico Martín: “Lo triste es que no haya valentía para anular los recortes”»
Lo triste es que no haya un plan global para reducir las grandes brechas que en verdad rompen las Españas todas.
Brecha intergeneracional, brecha interterritorial, brecha de género, brecha digital…
La despoblación de dos tercios de España es insultante…mientras nos concentran a todos como borregos en Madrid, Barcelona y alrededores.
Siempre se quejan los que pueden y están organizados o tienen tiempo para ello. El resto, a aguantarnos con sueldos bajos o autónomos que casi no podemos pagar las cuotas. Los ganaderos pobres, que no tenemos tierras en propiedad, nos arruinaremos y nuestros hijos tendrán que ir a las ciudades donde hay oferta educativa, porque las escuelas rurales están desapareciendo a marchas forzadas. Yo tengo dos hijos pequeños y tengo muy claro que nuestro futuro será ir y venir todos los días a Salamanca cuando vayan al instituto, como ya hace muchísima gente. Es más, hasta Salamanca tiene poco futuro, mi mujer y yo hemos estudiado educación superior y no ha habido manera de encontrar trabajo en la ciudad, gracias a las vacas de mi suegro jubilado es como podemos «subsistir».